La palabra “hambre” se refiere al estado general de carencia de alimentos e inseguridad alimentaria
que afecta a todos los grupos de población. La desnutrición es el
resultado fisiológico del hambre y/o la enfermedad y se manifiesta en un
amplio déficit de macro y micro nutrientes. Existen tres formas de desnutrición: desnutrición aguda, desnutrición crónica y bajo peso.
En Acción contra el Hambre concebimos el hambre como una enfermedad, cuyo estado más grave, la desnutrición aguda, puede curarse con un tratamiento eficaz y demostrado. Es por tanto la mayor pandemia del siglo XXI. Mata a 3,1 millones de niños cada año (8.500 niños cada día).
Existen tratamientos y protocolos de nutrición específicos para ello, tanto para prevenir como curar:
- El coste del tratamiento nutricional de un niño es de unos 40€. Con esta misma cantidad se pueden comprar semillas destinadas al cultivo para el autoabastecimiento de dos familias.
- Con 90€ se pueden comprar tres letrinas con cisterna para la higiene de tres familias.
- Con 120€ se pueden comprar los medicamentos y el material sanitario necesario para tratar a 12 niños que sufren desnutrición durante un mes.
- 3.000 millones de euros bastarían para curar a los 19 millones de niños que sufren desnutrición aguda severa. Esta cantidad incluye el tratamiento a base de RUTF (Ready to Use Therapeutic Food, Alimentos Terapéuticos Listos para su Uso) y los costes de hospitalización del pequeño.
Una hambruna es el estadio más grave de
una crisis alimentaria, un episodio realmente excepcional. Los
indicadores que la definen son: un 20% de la población con acceso a
menos de 2.100 kcal al día, una tasa de desnutrición aguda por encima
del 30%, más de 2 fallecimientos por cada 10.000 personas al día, menos
de 4 litros por persona al día, desplazamientos masivos de población,
mecanismos de adaptación y resistencia agotados, pérdidas de recursos y
activos y dependencia de la ayuda exterior.
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