Sigue aumentando el número de víctimas del terremoto de intensidad 7,8 que asoló Nepal el pasado sábado. Según fuentes de la policía del país asiático, el número de muertos asciende ya a 3.617 y, además hay 6.538 heridos. En las últimas horas se han producido varias réplicas, que no han sido de gran intensidad.
Todo son malas noticias de momento en Nepal. Los precarios campamentos en los que la población ha ido encontrando refugio sufrieron la noche del domingo la aparición de la lluvia, que se espera que continúe durante las próximas horas. Miles de personas permanecen en la calle o en alguno de los quince campamentos habilitados por el Gobierno en Katmandú, apenas unas rústicas carpas, por temor a que las estructuras de sus casas cedan.
La aparición de la lluvia no sólo dificulta la situación de la población sino que prácticamente paraliza la llegada de ayuda al aeropuerto de Katmandú. Fuentes oficiales indias confirmaron que el domingo un avión con ayuda de la Fuerza Aérea India no pudo salir como consecuencia del clima.
Paralelamente, la réplica de 6,7 grados en la escala de Richter del domingo, una de las más de 40 que se han producido desde el sábado, terminaron de tumbar gran parte de las ya golpeadas comunicaciones en el país. En este momento los servicios de internet y telefonía móvil están caídos en la nación asiática, sólo algunas líneas de telefonía fija están activas.
El terremoto ha evidenciado las carencias de personal y medios de los servicios de atención sanitaria del país, que se han visto desbordados por el gran número de heridos dejados por el terremoto.
El país, con una población de de 28 millones de personas, sólo tiene 2,1 médicos y 50 camas de hospital por cada 10.000 habitantes, según revela un informe de la Organización Mundial de la Salud 2011.
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