lunes, 2 de marzo de 2015

Ofensiva iraquí para retomar Tikrit de manos del Estado Islámico

Vía El País

Las fuerzas gubernamentales iraquíes han iniciado la ofensiva para recuperar Tikrit de manos del Estado Islámico (EI), según ha anunciado este lunes Al Iraqiya, la televisión estatal. La operación es altamente simbólica ya que se trata del lugar natal del ejecutado Saddam Husein. Además, su desarrollo constituye una prueba de la preparación de las tropas para el eventual avance sobre Mosul, la tercera ciudad del país situada unos 200 kilómetros al norte.

Varios miles de soldados, milicianos chiíes y miembros de tribus suníes se han concentrado en los alrededores de Samarra, a 130 kilómetros de Bagdad, desde donde se ha preparado el asalto. Se espera que cuenten además con el apoyo aéreo de Estados Unidos, ya que el combate no va a ser fácil. Los yihadistas se han atrincherado y si la experiencia de los últimos meses sirve de algo, las tropas saben que van a afrontar una dura resistencia, además de ataques suicidas y trampas explosivas.


“Aunque con anterioridad [las tropas] han bombardeado con artillería y ha habido escaramuzas en los alrededores de Tikrit, estaparece la ofensiva [terrestre] para recuperar la ciudad”, interpreta Sinan Adnan, del Institute for the Study of War.

La importancia la operación ha hecho que el primer ministro, Haider al Abadi, se traslade personalmente hasta el cuartel de mando en Samarra. Allí se reunió anoche con los responsables militares y prometió “liberar [la provincia] de la tiranía de los terroristas”.

Toda la provincia de Saladino, de la que Tikrit es la capital, ha sido un foco de insurgencia desde que la intervención estadounidense derribó a Saddam en 2003. El dictador había nacido en Awja, una aldea de las afueras de esa ciudad donde se encuentra el núcleo de su clan. Además, el año pasado, tras la caída de Mosul, se produjo allí una de las matanzas más sonadas de miembros de las fuerzas de seguridad. Los yihadistas aseguraronhaber matado a 1.700 soldados secuestrados en el cercano Camp Speicher.

Si bien la cifra nunca ha sido confirmada oficialmente, el asunto generó un gran malestar público, sobre todo entre la comunidad chií, a la que pertenecían la mayoría de los militares asesinados a sangre fría. De ahí que las milicias de esa confesión se encuentren especialmente motivadas para la ofensiva de Tikrit.

Pero el empeño no es puramente confesional. Las huestes del EI han alienado a todas las comunidades. Tal como recuerda Adnan, en la vecindad de Tikrit desalojaron a la tribu de los Jubur, una de las mayores de Irak, de varias comarcas, incluida la de Alam, una de las primeras en mostrar resistencia al avance de los yihadistas. De ahí, que la ofensiva cuente también con una representación siquiera simbólica de fuerzas suníes.

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