Ciertas dosis de psicología, mucha diplomacia, y unos nervios de acero a prueba de todo son requisitos inexcusables para entrenar a las grandes estrellas de un club puntero como el Real Madrid, y Zidane deberá hacer gala de todos ellos para triunfar al frente del banquillo merengue.
Visto el número de jugadores ofensivos en el equipo madrileño, Zidane no podrá contentar a todos al disponer el once inicial: así ocurrió con los centrocampistas James Rodríguez e Isco Alarcón, que vieron disminuido su tiempo de juego durante la era de Rafa Benítez.
"El entrenador debe hacer comprender que en su grupo todo el mundo contribuye al éxito, pero que el equipo necesita un equilibrio", explicó en una entrevista a la AFP Gerard Houllier, antiguo entrenador del Liverpool. El otras palabras, deberá poner en liza su diplomacia para que los jugadores suplentes acepten su papel, cuando serían titulares en prácticamente la totalidad de los clubes europeos.
"Hace falta un técnico experto, pero también capaz de entrar en la cabeza de los jugadores para obtener lo mejor de ellos", ahonda Marcello Lippi, antiguo entrenador de Zidane en la Juventus de Turín, en La Gazetta Dello Sport.
"Algunos son excelentes en la metodología, pero les cuesta comprender a los jugadores y adaptarse a su juego. Otros son menos 'científicos', pero comprenden todo porque tienen la sabiduría para elegir a los jugadores que necesitan".
Zidane cuenta en todo caso con la ventaja de conocer al plantel madridista, "al haber sido el adjunto de Carlo Ancelotti", señala Gerard Houllier. "Tiene esa ventaja sobre el resto", añade, aunque matiza: "Deberá ser valiente, pero eso es algo que forma parte de las cualidades requeridas".
"Es necesario que los jugadores progresen individual y colectivamente", gracias al entrenador, expone Houllier. Zidane "puede aportar todavía cosas a los jugadores, pequeños detalles, porque todo se trata de pequeños detalles en el fútbol de alto nivel, para enriquecer aún más su registro de juego".
"Los grandes jugadores quieren a alguien que les guíe de forma fuerte y segura", estima por su parte Marcello Lippi. "Ni un padre, ni un hermano o un compañero. Pero sí alguien que te haga ganar y firmar mejores contratos", añadió.
Para ello, Zidane, que no ha entrenado jamás al más alto nivel, deberá encontrar la organización correcta para que el Real Madrid, tercero en la liga española, vuelva a ser la envidia de España y Europa.
Su predecesor no logró conseguirlo: "de lo que vemos desde el exterior", analiza Houllier, Zidane "hará frente al problema del equilibrio del equipo, la armonía entre los aspectos ofensivo y defensivo". Porque si la línea de ataque (la 'BBC': Bale, Benzema, Cristiano Ronaldo) es una de las mejores del Viejo Continente, el Real Madrid ha adolecido de falta de estabilidad defensiva durante la primera mitad de la temporada.
Para Ottmar Hitzfeld, antiguo entrenador del Bayern de Múnich, el nombramiento de Zidane para dirigir al Real Madrid es "una locura".
"Para él (Zidane), es como ganar la lotería. Es una locura", juzgó Hitzfeld, estimando que el exjugador francés "vive solamente de su ilustre nombre como jugador". "Zidane no ha probado nada como entrenador y de ahora en adelante estará al cargo de las mayores estrellas del mundo", aseguró el exseleccionador suizo en el periódico helvético Blick.
Entrenar un club profesional de fútbol no es un camino de rosas, pero sentarse en el banquillo de un grande de Europa supone una presión terrible, y uno se expone a una exigencia inmediata de resultados por parte del público, de los medios, de los jugadores y del club en su conjunto.
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