lunes, 28 de septiembre de 2015

Artículo de Ciencia: La vida en Marte (I)

Por Ramón Rey

Las aventuras y descubrimientos que la misión Mars Science Laboratory (conocida como Curiosity) está llevando a cabo en Marte han reactivado el interés popular por este planeta, un interés que por otra parte siempre ha estado ahí.

El planeta rojo lleva alimentando las fantasías de la humanidad desde la antigüedad y fue precisamente ese característico color (debido al óxido de hierro presente en su superficie) el que le valió el nombre de Marte, dios romano de la guerra.

Pero fue en 1877, debido al acercamiento que se produjo ese año entre nuestro vecino rojo y la Tierra, cuando Marte entró de lleno en el mundo de la ficción humana. Ese año además de descubrirse sus dos satélites, nombrados Fobos y Deimos (el Miedo y el Terror, como cuadra al panorama), el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli cartografió con detalle la superficie marciana. En su trabajo de observación, Schiaparelli pudo ver lo que pensó eran unas finas líneas que recorrían la superficie del planeta. El italiano les puso el nombre de “canalis”, que sería posteriormente traducido al inglés como “canals”, canales, lo que da a entender un origen artificial.

Los canales de Marte tal como los imaginó Schiaparelli
Y se desató el furor, surgieron teorías que hablaban de cómo los “marcianos” habían construido una red de canales para trasladar el agua de los casquetes polares a través de su árida superficie para saciar la sed en sus ciudades. No sólo había vida en Marte, además ésta era inteligente.

Los supuestos “canales” resultaron ser un efecto óptico y hoy día nadie cree en los ellos ni mucho menos difunde su existencia, salvo ese tipo de webs que sacan a la luz pública documentos super secretos de la CIA que demuestran todo tipo de conspiraciones reptilianas en grandes letras fosforitas sobre fondo negro.

Pero a pesar de haberse aclarado el misterio, esta historia dejó un poso en el imaginario colectivo que perduró y fue la base de las “historias de marcianos” posteriores que tuvieron su apogeo en las películas de serie B de mediados del siglo pasado y especialmente en la emisión del célebre serial radiofónico de Orson Welles “La Guerra de los Mundos”, basado en la novela homónima de H.G. Wells y que llegó a provocar verdadero pánico entre miles de ciudadanos norteamericanos que no advirtieron el carácter ficticio de la obra.

En la actualidad persisten las dudas sobre si Marte puede albergar algún tipo de vida, siempre de carácter microscópico, o si al menos ésta ha estado presente en el pasado.

Superficie de Marte
Marte es en muchos sentidos un planeta similar a la Tierra, un día marciano dura menos de 25 horas y un año en el planeta rojo equivale a poco más de 1,8 años terrestres, valores muy similares a los que estamos acostumbrados. Por ejemplo Venus, que se parece más a nuestro hogar en cuanto a su tamaño o a la cantidad de radiación que recibe del Sol, tarda en girar sobre sí mismo 243 días terrestres (el día más largo del sistema solar), mientras que un año venusiano equivale a 224 de nuestros días: es decir, un día en el Lucero del Alba dura más que un año.

Pero al mismo tiempo presenta importantes diferencias que son las que le han conferido un aspecto tan diferente al de la Tierra.Marte está prácticamente muerto desde un punto de vista geológico, no presenta tectónica de placas ya que su núcleo se ha enfriado y ha perdido esa dinamo interna de hierro líquido que posee nuestro planeta. Debido a esto, su campo magnético es muy débil, unas dos milésimas partes del terrestre, lo que deja expuesta la superficie del planeta a la radiación que llega del Sol. Además, con un campo magnético de tan baja intensidad el viento solar habría despojado a Marte de su atmósfera primitiva. Actualmente esta atmósfera es muy tenue, incapaz también de hacer frente a la radiación ultravioleta y provocando el descenso de la temperatura del planeta al disminuir el efecto invernadero.


Comparación de los campos magnéticos de la Tierra y Marte

Por supuesto todo esto no hace imposible la vida en el vecino rojo; igual que en la Tierra existen microorganismos extremófilos, que viven en condiciones extremas de temperatura, acidez, salinidad, presión o en otros tipos de ambientes hostiles, es posible que en Marte también existan formas de vidas similares, tanto en la superficie como más probablemente debajo del suelo marciano donde podría haber ciertas reservas de agua líquida.

Una parte de la comunidad científica defiende incluso que yatenemos evidencias que apuntan a la presencia de vida en Marte en la actualidad. La presencia ya confirmada de agua congelada en sus polos, así como una pequeña proporción de vapor de agua en su atmósfera se considera un indicio prometedor para el desarrollo de la vida en cualquier cuerpo celeste, pero con eso sólo no basta. Claro que en el caso de Marte existen otras pistas.

Por ejemplo la presencia de metano en la atmósfera, demasiado abundante según algunas mediciones como para ser explicada por impactos de asteroides o por fuentes geológicas de las que no tenemos evidencia alguna. A pesar de que otras mediciones arrojan una presencia menor de metano que podría ser explicada sin recurrir a un origen biológico, en el futuro se medirá la proporción entre los isótopos 12C y 14C para aclarar su origen. En último término, aunque las nuevas mediciones reduzcan las posibilidades de hallar vida en Marte no descartan su existencia, ya quecomo subraya Michael Meyer, científico jefe del proyecto de Exploración de Marte, en la Tierra hay varios tipos de microbios que no generan metano.

Otro fenómeno que ha sido interpretado también como de posible origen biológico es la aparición de unas manchas oscuras en unas dunas localizadas en la capa de hielo del polo sur. Estas manchas aparecen y desaparecen periódicamente entre la primavera y el invierno marciano coincidiendo con el deshielo, por lo que se ha sugerido que pueden ser producidas por algún tipo de microorganismo. Desde la NASA se ha propuesto que la aparición de las manchas se puede deber a géiseres fríos cuyo ciclo depende de la luz que reciben del Sol en diferentes momentos del año.

Manchas oscuras en la superficie de Marte
En cualquier caso y aunque no se descarta la vida en la superficie del planeta, lo más probable es que, de existir, ésta se encuentra a una profundidad de al menos 7,5 metros. Los motivos son los que ya hemos explicado, por una parte al estar debajo del suelo marciano tendría un escudo que le serviría de protección contra los letales rayos cósmicos. Por otro lado existen posibilidades razonables de que existan reservorios de agua líquida permanente en el interior del planeta, donde la temperatura sería más adecuada.

A pesar de que sería un hito histórico descubrir la existencia de vida actualen Marte, no sería una cosa nada desdeñable encontrar evidencias de esa vida en el pasado. Demostraría igualmente que la vida no es una cosa tan excepcional como pudiéramos pensar en un principio.

Desde luego una forma relativamente sencilla de darle solución al enigma sería recoger rocas en Marte y analizarlas en busca de fósiles o pruebas de vida pasada, pero no es el único camino. En nuestro planeta hemos encontrado 35 meteoritos que han sido clasificados como “de origen marciano” de acuerdo a sus características.

32 de ellos no presentan evidencias de vida, pero en los otros 3 la cosa no está tan clara.

Es el caso del meteorito de Shergotty, recuperado en la región india homónima el 25 de Agosto de 1865 y que presenta una estructura interna que en rocas terrestres se produce por la acción de organismos bacterianos. Debido a su antigüedad (165 millones de años) no hay rastro de esa supuesta vida microscópica, por lo que nos encontramos ante un indicio, pero no una evidencia.

El meteorito de Nakhla cayó en Alejandría, Egipto, el 28 de Junio de 1911 y existen unos 40 fragmentos de él. Un equipo de la NASA lo examinó en 1998 mediante microscopía óptica y electrónica así como por medio de pruebas cromatográficas y espectrométricas e identificaron estructuras que podrían ser nanobacterias fosilizadas. Así mismo concluyeron que "al menos un 75% del material orgánico no puede ser contaminación terrestre."

Estos resultados aumentaron el interés por este meteorito y la NASA consiguió en 2006 que el Museo de Historia Natural de Londres les proporcionase un fragmento de roca, para poder abrirla y examinarla sin riesgo de contaminación externa. En el interior se encontró carbono en forma de estructuras dentríticas, una cosa extraña y que podría haber sido producida por bacterias hace millones de años. Nuevamente tenemos indicios, pistas, pero nada concluyente.

Para acabar tenemos el meteorito ALH 84001, que es especial porque fue descubierto recientemente y en un ambiente que debería haberlo preservado mejor de la contaminación externa. Este meteorito fue encontrado en 1984 en la Antártida por un grupo de científicos (no ha sido pues manipulada previamente por otras personas que hayan podido contaminarla) y se piensa que cayó hace unos 13000 años, permaneciendo bajo el hielo desde entonces. Esta roca presenta unas estructuras que han sido identificadas como nanobacterias fósiles por parte de algunos investigadores, además se han encontrado restos de materia orgánica y cierto tipo de magnetita, que en la Tierra sólo se produce por la acción de bacterias magnetotácticas.

Posibles fósiles en el meteorito ALH 84001
Tenemos que concluir pues que, aunque disponemos de algunas pistas que parecen apuntar a la existencia de vida pasada o incluso presente en Marte, no hay evidencia definitiva y habrá que seguir investigando.

Pero aún en el caso de que Marte sea un planeta estéril y siempre lo haya sido, eso no significa que vaya a ser así para siempre. Hablamos por supuesto de los planes humanos para colonizar el planeta rojo.

Antes de poder llevar a buen puerto esta titánica misión habría que darle solución a dos importantes cuestiones, una de ellos es evidentemente el problema técnico, en la actualidad la tecnología para llevar un humano a Marte (y que pueda volver sano y salvo) no está totalmente desarrollada, hay aún muchos retos que resolver, como la exposición que la tripulación tendría a la radiación solar o el cuestión energética.

Pero existe también un dilema moral, en caso de que Marte contenga vida, son muchas las voces que han cuestionado o incluso directamente negado, como ha hecho Carl Sagan, si tenemos derecho a conquistarlo, lo que llevaría a la alteración de su vida autóctona y posiblemente a su desaparición.

En caso de que nos embarcáramos en esa misión de conquista se abrirían dos caminos, el primero es el de establecer colonias, en la superficie o más idealmente bajo el suelo marciano. El segundo, mucho más espectacular pero también imposible por el momento es el de convertir Marte en un planeta gemelo del nuestro, terraformizarlo, pero este tema merece un artículo propio y por eso lo trataremos más adelante.

1 comentario:

  1. Brillante articulo Ramon!!! Marte ha traido de cabeza a los más grandes genios de la ciencia ficción... Ademas de los Wells-Welles, tambien Edgar Rice y sus relatos sobre John Carter son de mis favoritos.

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