La Audiencia Nacional está de mudanza. Los seis jueces de instrucción serán los últimos en abandonar la próxima semana la sede de Prim, que les ha albergado durante tres años mientras se acometían las obras de reforma de su emblemático edificio de la calle Génova, que poco tiene que ver ya con el original.
El traslado se está desarrollando de forma escalonada. En julio salían ya de Prim los miembros de la Fiscalía de la Audiencia Nacional y poco después lo hacían los de las cuatro secciones de la Sala de lo Penal y el departamento de ejecutorias, supervisando sus correspondientes funcionarios el transporte de las causas y legajos.
A la par, se producía el traslado del resto de funcionarios que han estado diseminados en otras sedes judiciales, fundamentalmente en la calle de Goya, donde estaba el registro y la Presidencia de la Audiencia Nacional, y en la calle Miguel Ángel, en la que se instaló otra parte de la Fiscalía.
Los jueces centrales de instrucción serán los últimos en estrenar la sede de Génova porque han tenido que esperar a la construcción de las instalaciones anexas al edificio principal, ubicadas en una zona subterránea ganada al aparcamiento bajo la colindante plaza de la Villa de París, y que albergan salas de vistas, sala de prensa y calabozos.
Esto último es lo que ha retrasado la mudanza de estos jueces porque gran parte de su trabajo consiste en tomar declaración a presos que deben ser ubicados en calabozos cuando son trasladado a la Audiencia Nacional.
Una vez construidos y habilitados, los Juzgados Centrales de Instrucción irán saliendo de Prim uno por uno a lo largo de la próxima semana. El último en desalojar será el que se encuentre de guardia, que, dependiendo de cómo transcurra el traslado, podría ser o el Juzgado Central de Instrucción número 1, del que es titular Santiago Pedraz, o el número 2, el que dirige Ismael Moreno.
Gracias a una inversión total de 27 millones de euros, la sede de la Audiencia Nacional de la calle Génova se ha transformado en un edificio moderno, más amplio, que ha ganado en altura (tres plantas más) y en seguridad.
La principal novedad de la reforma, además de la supresión de la puerta de entrada de la calle Génova (ha quedado solo la de la calle García Gutiérrez), ha sido la implantación de un sistema de tornos, tanto en el acceso desde el exterior como a las nueve plantas, que solo se pueden franquear con una tarjeta específica que, en algunos casos permite el acceso a todo el edificio y en otros solo a las plantas autorizadas.
De este modo, ni abogados ni periodistas pueden deambular ya libremente por las instalaciones del tribunal, pero tampoco ciertos funcionarios, lo que ha creado malestar entre ellos.
El presupuesto inicial era de 14 millones de euros para restaurar el edificio con las mismas superficie (9.924 metros cuadrados) y capacidades, pero finalmente se duplicó la inversión con la ampliación, hasta los 14.600 metros cuadrados, con la incorporación del espacio del parking de la plaza de la Villa de París y la elevación de la planta de la Audiencia.
El aumento de presupuesto se ha debido también a las obras en los aledaños de la Audiencia Nacional para reorganizar tráfico, así como a la inversión en el equipamiento de las instalaciones complementarias, según apuntan fuentes del Ministerio de Justicia.
Pese a que en ese anexo subterráneo se han habilitado salas de vistas, la Audiencia Nacional seguirá celebrando juicios, sobre todo de "macrocausas", en la sede de San Fernando de Henares.
Esas instalaciones, situadas en el polígono Las Fronteras, fueron inauguradas en 2009 tras una inversión de 11 millones de euros en la rehabilitación de un edificio que perteneció en su día a Galerías Preciados y que la Dirección General del Patrimonio, a petición del Ministerio de Justicia, adquirió al Fondo de Garantía Salarial.
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