lunes, 10 de agosto de 2015

¿El fin del gigante asiático?

Por Marcos Rivera

No es raro afirmar que lo que está pasando en China es muy parecido a lo que ocurrió en Japón en los 90 y que a día de hoy aún sigue. Una enorme burbuja (inmobiliaria en el caso japonés de los 90 que dio lugar a una bajada de los tipos de interés al 0% con el objetivo de estimular la economía,dando lugar a lo que se conoce como una ``trampa de liquidez’’) nos hace pensar que el gigante asiático se va a comer el mundo y, cuando empieza a pinchar, pensamos que la política monetaria la va a perpetuar. Pero la política monetaria no imprime crecimiento. 

Una de las frases más escuchadas estos días es que “el pinchazo de la burbuja china” va a tener un impacto limitado en el resto del mundo. Y es incorrecto. Es el final de un modelo ultra endeudado del que el gobierno chino intenta salir sin grandes impactos, equivocándose en el camino al intervenir. 
Así, llevó al índice de Shangai a desplomarse un 8% hace 2 semanas, sufriendo el desplome más severo de un día en ocho años, enviando peligrosas señales a través de los mercados mundiales de productos básicos y golpeando las divisas de Asia, América Latina y África. 

A pesar de las medidas de emergencia para apuntalar el mercado. El estado de ánimo empeoró aún más después de saberse que los beneficios empresariales en China se están contrayendo en términos absolutos, con una caída del 0,3%durante el año pasado. 

La violencia de los movimientos ha avivado los temores de que el Partido Comunista haya podido perder el control después de avivar una serie de burbujas épicas en el sector inmobiliario, la inversión empresarial y las acciones para mantener el ritmo vertiginoso de crecimiento económico. 

Merece la pena recordar que: 

- La deuda china se ha disparado entre 2007 y 2014 de 7 billones a 28 billones de dólares, un 250% del PIB. 

- El crecimiento real de la economía china está muy lejos del 7% oficial. Lombard Street Research y otros analistas publican el crecimiento “desmaquillado” y es cercano al 4,5% (1-1,7% trimestral). 

- El 97% de los bonos emitidos en moneda local tienen “calificación máxima” (AA a AAA) según las entidades nacionales. Es decir, según las agencias de calificación chinas toda la deuda emitida china es de la mayor calidad. Cuestionable. 

- El “marginlending” o deuda contraída en el mercado bursátil, supera los 1,2 billones de dólares (casi una vez el PIB de España). Si la bolsa sigue cayendo, esos préstamos se hacen impagables. 

- China necesita endeudarse 1,6 veces para crear una unidad de PIB. 

- El problema al que se enfrenta el gobierno chino, en su intento de cambio de modelo, es muy relevante. 

La caída de la bolsa es en cierto sentido una cuestión de menor importancia (dado que la mayoría de los chinos no son propietarios de acciones) pero llega en un momento muy delicado, y ha sido un shock psicológico. Los efectos combinados de un pinchazo de la burbuja inmobiliaria, un crash bursátil y una ola de reestructuración de la deuda, al mismo tiempo han alcanzado la masa crítica. Las fuerzas negativas sobre el crecimiento son fuertes y se refuerzan a sí mismas. 

La gran burbuja china ha venido alentada entre otras por una campaña brutal del gobierno para que los ciudadanos pongan sus ahorros en el mercado bursátil y bajadas de tipos de interés para facilitarlo. 

Dado que la economía china es una de las más endeudadas y sus empresas estatales tienen graves problemas de competitividad (más del 90% generan rentabilidades por debajo de su coste de capital), un aumento de los préstamos de difícil cobro y una moderación del crédito tiene un efecto dominó relevante. Los suministradores empiezan a quebrar por no recibir fondos a tiempo, las empresas generan niveles de caja más pobres, los inversores minoritarios pierden en bolsa y no pueden atender a los préstamos contraídos para invertir… Es una cadena imposible de manejar desde la planificación central. 

El impacto sobre el resto del mundo ya es importante y va a ser muy relevante si pincha del todo. 

- Aunque la mayoría de la deuda de China está denominada en moneda local, lo que reduce el riesgo de contagio, la economía china ahorra en su conjunto aunque de manera moderada y el banco central puede tomar mayores medidas (aunque lleva una década aumentando masa monetaria y bajando tipos), los bancos chinos son un elemento esencial de financiación de economías de alto riesgo en Latinoamérica y África. Sin el crédito chino, países como Venezuela, Ecuador o Sudán verán mayores dificultades. 

- En Europa los más afectados por la ralentización china son los alemanes en sus exportaciones. Fuera de Alemania, las exportaciones a China de los socios de la UE son limitadas, y la exposición baja. Pero el riesgo no es cero. 

En China las medidas para evitar el pánico no han ayudado. La exigencia del gobierno de que la prensa de buenas noticias es una anécdota casi divertida. 

Esto nos demuestra que las burbujas son fáciles de crear, difíciles de controlar y complicadas de solventar. China saldrá de este bucle de deuda y falta de competitividad, y esa salida es muy saludable para todos. Un modelo más sostenible. Pero será un proceso muy complejo y doloroso.

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