El Banco Central Europeo (BCE) ha empezado su esperado
programa de compra de deuda: el QE europeo ya está en las calles, o
mejor, en los mercados (las calles es el objetivo de la entidad).
Miembros de la institución filtraron a Bloomberg que el inicio de las
compras se centró en Alemania e Italia. Cuando inició su último
programa, el de ABS, la entidad empezó adquiriendo títulos españoles y
franceses, por lo que, con la decisión de ayer, equilibra el inicio
entre los cuatro grandes países de la eurozona.
Durante
los próximos 19 meses, la entidad inyectará cada mes 60.000 millones de
euros. En total, más de 1 billón que llegará a un mercado de deuda ya
hinchado por la especulación. Es de esperar que, igual que ocurrió en
EEUU con las inyecciones de liquidez de la Reserva Federal (Fed), una
buena parte de este dinero nuevo acabe en el mercado bursátil.
Proporcionalmente, el tamaño del QE europeo sobre el total de la
capitalización de la bolsa de la eurozona es casi como la suma de las
tres rondas de estímulos de la Fed en comparación con su bolsa. Con
datos consolidados a cierre de 2013 (según datos publicados por el BIS,
la Fed, el FMI y Bloomberg) la ronda de estímulos del BCE tendrá un
tamaño sobre la bolsa europea del 14%, mientras que en el caso de EEUU
fue cercano al 15%.
Esta avalancha de liquidez no llegará completa a la renta
variable, pero con que fluya una parte, será suficiente para empezar un
nuevo rally de la bolsa. Más si se tiene en cuenta que la rentabilidades
en deuda ya están muy exprimidas y las posibilidades de conseguir
grandes retornos son menores. Por ejemplo, la suma de las tres rondas de
estímulo de la Fed duplicó la capitalización de la bolsa
estadounidense. El inicio de las compras del BCE llevó ayer al bono
alemán a 6 años a cotizar con una rentabilidad negativa durante unas
horas, un tramo que nunca había estado en rojo.
Todavía quedan flecos
Este
programa histórico del BCE rompe todos los esquemas que tenía la
entidad hasta ahora. Tanto, que los líderes de la entidad llevan meses
discutiendo todos los detalles y todavía quedan flecos por rematar. Ayer
se filtró que la institución todavía no ha tomado ninguna decisión
respecto a quién asumirá las pérdidas provocadas por comprar bonos en
negativo.
Sin embargo, este punto parecía
haber quedado claro cuando la entidad publicó los primeros detalles del
QE cuando lo anunció, el 22 de enero. Ahí especificaba que el BCE
asumirá las pérdidas de un 20% de las compras (riesgos compartidos), y los banco el 80 restante.
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