jueves, 26 de marzo de 2015

Los hábitos de vida saludable, responsables de la buena salud del 45% de los mayores de 100 años

Por Beatriz Camacho

Los hábitos de vida saludable podrían ser los responsables de la buena salud del 45 por ciento de los mayores de 100 años, según un estudio realizado entre la Sección de Cardiología Geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) e investigadores españoles de la Universidad Complutense de Madrid, que ha analizado meticulosamente el corazón de esta población.

Los resultados de ambas pruebas mostraron que uno de cada cuatro centenarios sufre fibrilación auricular y que más de la mitad de ellos padece regurgitación aortica, es decir, presentan un reflujo de sangre hacia la cavidad izquierda del corazón por un mal funcionamiento de la válvula aórtica.

No obstante, un 76% de los centenarios muestran alguna anomalía en la prueba del electrocardiograma. Aquellos centenarios con electrocardiogramas anormales suelen ser con más frecuencia hombres que mujeres (un 93% de los hombres tenía alguna anomalía mientras que solo un 72% de las mujeres se encontraba en la misma situación), quienes además tienen tasas más altas de consumo previo de alcohol (un 24%) y de tabaco (un 14%). Así los centenarios hombres habían puntuado con cifras más bajas el estado de su salud y tenían menos capacidad para andar seis metros, solo un 33% podía hacerlo sin problemas.

El estudio, publicado recientemente en 'American Heart Journal', a analizó el corazón de 118 centenarios (28 hombres y 90 mujeres) mediante distintas pruebas analíticas, electrocardiografías y ecocardiografías. Los resultados podrían ayudar a averiguar cómo envejece el corazón, lo que también servirá para diseñar estrategias preventivas y terapéuticas en los centenarios, población que se calcula que en 2050 ascenderá a más de tres millones, y a finales de siglo podría ascender a 17 millones.

La razón de su buen estado de salud se explica porque más de dos tercios de los mayores de 100 años han seguido hábitos de vida saludables antes y después de los 65 años y que la mayoría tiene o ha tenido un familiar de primer grado (padre, madre o hermano/a) que ha vivido más de 90 años. Así, tanto la genética como los hábitos de vida juegan un papel importante en la longevidad de las personas.

"El objetivo del trabajo ha sido evaluar qué características tiene el corazón de los centenarios para intentar aportar más datos y conocimiento al por qué de su longevidad", ha señalado el presidente de la Sección de Cardiología Geriátrica de la SEC y coautor de este estudio, el doctor Manuel Martínez-Sellés.

El doctor recuerda que es normal y lógico que el envejecimiento del corazón también se acompañe de algunas anomalías, "habitualmente no graves", ya que, a medida que va pasando el tiempo, el corazón de estas personas se vuelve más rígido. "Aún así, este puede seguir realizando su función correctamente", afirma, y añade que, "una vez más, se demuestra que el corazón de la mujer es mejor que el del hombre".

"De hecho, en los hombres centenarios las alteraciones son prácticamente universales, mientras que en el caso de las mujeres esta universalidad no se da y parece que se observa cierta protección", explica ante los datos.

EN EL AÑO 2011 HABÍA EN EL MUNDO 317.000 ANCIANOS

El estudio incluye nueve centros médicos españoles, y la media de edad de los participantes fue de 102 años a los que se les realizó un seguimiento mínimo de seis meses. De todos ellos se determinó su historia clínica y se evaluó el estado cognitivo, el estado nutricional, la capacidad para realizar actividades de la vida diaria, la comorbilidad y la capacidad para realizar actividad física.

En el año 2011 había en el mundo 317.000 ancianos de más de 100 años, una cifra que está incrementando sustancialmente año tras año. Se calcula que en 2050, el número de centenarios ascenderá a más de tres millones, llegando a superar los 17 millones a finales de siglo.

"El número de centenarios crece año tras año, cada vez es más habitual tener pacientes de avanzada edad en consulta. Precisamente la importancia de este trabajo reside en poder arrojar luz para lograr tratar mejor a estos pacientes. Además, los centenarios son un paradigma de la longevidad, ya que estudiando su corazón podemos ver cómo envejecemos", concluye.

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