lunes, 25 de enero de 2016

Artículo de Sociología: Edadismo

Por Mati Cardeñas

El “ageism” o edadismo es toda discriminación por edad, siendo la acción de estereotipificar y/o discriminar a personas o colectivos por motivos de edad. 

Esta forma de discriminación se ha hecho muy visible en las últimas décadas, siendo acuñado en 1968 por el psiquiatra Robert Butler para referirse al trato discriminatorio que sufrían las personas mayores, basándose en los términos de sexismo y racismo.

La edad y todo lo que conlleva, suele provocar pensamientos y sentimientos negativos y afecta a muchos ámbitos sociales, así como la salud, el transporte, la educación, la jubilación y el empleo.

Pero, ¿cómo se adquiere esta mala costumbre de discriminar a nuestros y nuestras mayores?

Normalmente adquirimos estos hábitos durante la infancia y se van endureciendo durante toda la vida, añadiendo la dificultad de modificarlos. Como ocurre con todos los tipos de discriminación, que no somos capaces de entender que interpretamos de forma errónea los hechos que nos rodean.

Según Cummings y Henry, así como vamos envejeciendo, perdemos interés en lo que nos rodea y esto va generando en nosotros un apartamiento de la sociedad y la interacción con personas y grupos. Tendemos a apartarnos por la cercanía a la muerte.

Otro aspecto que agrava el edadismo es la sexualidad. ¿Por qué pensamos que los ancianos no tienen sexualidad?

Esto se convierte en un verdadero problema cuando pensamos en personas mayores como seniles, rígidos y asexuados. La sexualidad no se limita a un coito completo, a una penetración. Sino, a la necesidad de sentir a la persona amada, a caricias, miradas y sentimientos. Nuestros y nuestras abuelas siguen sintiéndose amadas y quieren seguir amando hasta el final de sus días. Quieren seguir acariciando a sus parejas y seguir sintiéndolas.

En cuanto al origen, observo día a día cómo este tipo de discriminación se basa en el consumismo superficial, en los comerciales de belleza y juventud. ¿Acaso toda la sociedad hemos pactado que las personas mayores no puedan ser bellas y jóvenes?

Existen varios tipos de edadismo en función del ámbito en el que se ejerza. 

El edadismo social se fundamenta en la idea de que las personas mayores por el hecho de ser mayores, van a necesitar ciertas cosas. De hecho, se tiende a “sobreprotegerles” y a tenerles compasión por ser mayores, al ejemplo de subvenciones o bonificaciones en shows y también en transporte público. Sin duda, la opción más razonable sería mejorar sus condiciones económicas para no tener que hacer necesarios estos gestos de ayuda.

Volviendo a Cumming y Henry, ambos estudiosos coinciden en que existe una teoría de la desvinculación social, siendo recíproca entre mayores y no mayores, desenganchándonos de ellos y ellos de los demás.

Siguiendo con los tipos de edadismo, encontramos que la mayoría de las personas a las que les preguntemos sobre esta discriminación, dirán que se produce por la sensación de mala salud y vejez, siendo ésta un sinónimo de enfermedad.

Partamos de la realidad de que envejecer no es estar enfermo, sino que significa más un descenso funcional y de la actividad, reduciéndose hasta en un 10% de la actividad común a la juventud o adultez. Pero, aún así, este envejecimiento puede mejorarse gracias a un envejecimiento activo, donde se tenga buena alimentación y buen ejercicio físico e intelectual.

De hecho, ha quedado demostrado en encuestas sobre salud que la edad no significa el deterioro biológico sino, el trabajo, la instrucción, alimentación, cultura, ingresos y hábitos diarios. Tenemos la creencia errónea de que una persona mayor siempre tendrá mala salud, cuando no es así ya que, por ejemplo, el 80% de las personas mayores de 65 años que residen en España, gozan de buena o muy buena salud.

Para concluir este artículo, queremos endulzar el edadismo (aunque sea difícil), mediante varios descubrimientos que se han hecho en los últimos años en relación a esta discriminación:

- El vocabulario sigue ampliándose de forma moderada teniendo edad avanzada y el razonamiento o la resolución de problemas se conservan.

- Se produce una reducción de memoria y es cierto que el cerebro en ocasiones necesita más tiempo para ejecutar decisiones pero también tiene buena capacidad de reserva.

- El corazón no envejece. La estructura y el funcionamiento del corazón no se deterioran con el tiempo si no existe una enfermedad coronaria. Un corazón sano de 80 años puede funcionar igual de bien que uno de 25 años.

Tengamos en cuenta, finalmente que si la población sigue envejeciendo al ritmo que lo hace ahora, dentro de muy pocos años habrá más personas mayores que jóvenes o en edad adulta. Debemos hacer algo por mejorar su situación social y económica.

“Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube, las fuerzas disminuyen; pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.”  Ingmar Bergman

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