Ante los congresistas y apenas unos días después de su visita a Cuba –donde abrazó a Fidel Castro y dio la espalda a la disidencia– Francisco afirmó que su "deber es construir puentes" y se refería al acercamiento entre EEUU y Cuba reconociendo "los esfuerzos que se han realizado en los últimos meses" para superar "diferencias históricas". "Cuando países que han estado en conflicto retoman el camino del diálogo (...) se abren nuevos horizontes para todos", dijo el pontífice.
Francisco no ha dejado de dar lecciones de política. Para el Papa "un buen político es aquel que, teniendo en mente los intereses de todos, toma el momento con un espíritu abierto y pragmático. Un buen político opta siempre por generar procesos más que por ocupar espacios", añadió Bergoglio, que tomó una cita de su exhortación apostólica Evangelii gaudium.
El papa consideró en su discurso, pronunciado en inglés, que "ser un agente de diálogo y de paz significa estar verdaderamente determinado a atenuar y, en último término, a acabar con los muchos conflictosarmados que afligen nuestro mundo".
Sin hacer mención alguna al sufrimiento de los presos políticos en Cuba, encarcelados por sus ideas, o el drama de las Damas de Blanco que son vejadas y apaleadas en el régimen de los Castro, el Papa siguió con sus lecciones en el congreso y preguntó a los presentes: "¿Por qué las armas letales son vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y la sociedad? Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente por dinero".
Pese a haber estrechado las manos a Fidel Castro –que llegó al poder mediante las armas y ha ejercido el terror durante más de medio siglo–, y no hacer crítica alguna del tirano caribeño, Bergoglio denunció a aquellos que venden armas por dinero porque "es un dinero impregnado de sangre". Muchas veces, seguía el Papa, "de sangre inocente. Frente alsilencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema y acabar con el tráfico de armas", pidió el pontífice.
Pena de muerte
Francisco también abogó por la "abolición mundial de la pena de muerte", porque "una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación".
"Estoy convencido que este es el mejor camino, porque cada vida es sagrada, cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad sólo puede beneficiarse en la rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito", añadió.
El papa consideró en su discurso, pronunciado en inglés, que "ser un agente de diálogo y de paz significa estar verdaderamente determinado a atenuar y, en último término, a acabar con los muchos conflictosarmados que afligen nuestro mundo".
Sin hacer mención alguna al sufrimiento de los presos políticos en Cuba, encarcelados por sus ideas, o el drama de las Damas de Blanco que son vejadas y apaleadas en el régimen de los Castro, el Papa siguió con sus lecciones en el congreso y preguntó a los presentes: "¿Por qué las armas letales son vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y la sociedad? Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente por dinero".
Pese a haber estrechado las manos a Fidel Castro –que llegó al poder mediante las armas y ha ejercido el terror durante más de medio siglo–, y no hacer crítica alguna del tirano caribeño, Bergoglio denunció a aquellos que venden armas por dinero porque "es un dinero impregnado de sangre". Muchas veces, seguía el Papa, "de sangre inocente. Frente alsilencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema y acabar con el tráfico de armas", pidió el pontífice.
Pena de muerte
Francisco también abogó por la "abolición mundial de la pena de muerte", porque "una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación".
"Estoy convencido que este es el mejor camino, porque cada vida es sagrada, cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad sólo puede beneficiarse en la rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito", añadió.
El pontífice, el primer papa que interviene ante el Congreso estadounidense, recordó en el contexto de su petición para acabar en el mundo con la pena capital que "el parámetro que usemos para los demás será el parámetro que el tiempo usará con nosotros".
"La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo", agregó Jorge Mario Bergoglio en relación con la pena de muerte, que sigue vigente en Estados Unidos.
El papa pronunció un discurso en el que utilizó como referencias cuatro personalidades de la historia estadounidense, el expresidente Abraham Lincoln, el Premio Nobel de la paz Martin Luther King, la fundadora del Movimiento de Trabajadores Católicos, Dorothy Day, y el monje cisterciense Thomas Merton.
"La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo", agregó Jorge Mario Bergoglio en relación con la pena de muerte, que sigue vigente en Estados Unidos.
El papa pronunció un discurso en el que utilizó como referencias cuatro personalidades de la historia estadounidense, el expresidente Abraham Lincoln, el Premio Nobel de la paz Martin Luther King, la fundadora del Movimiento de Trabajadores Católicos, Dorothy Day, y el monje cisterciense Thomas Merton.
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