La deuda de Madrid es perfectamente sostenible gracias al ritmo de amortización que planteó el anterior gobierno municipal.
El plan de ajuste de la deuda municipal que heredó la ex jueza Manuela Carmena contempla la reducción de las obligaciones del consistorio desde los 7.429 millones de euros registrados en 2012 hasta los 1.549 millones planteados en 2023. Esta reducción se daría siempre que se cumpla el calendario de amortizaciones que dejó planteado el gabinete del anterior gobierno local, encabezado por la popular Ana Botella.
El ritmo de reducción de la deuda marcado desde Cibeles planteaba un calendario de amortizaciones que empezó a ejecutarse en 2012, por valor de 724 millones, y siguió desarrollándose en 2013 y 2014, con sendos ahorros de 1.078 y 1.064 millones. La senda debía continuar en los siguientes años: 693 millones en 2015, 604 en 2016, 446 en 2017, 425 en 2018, 502 en 2019, 441 en 2020, 489 en 2021, 437 en 2022 y 178 en 2023. En suma, operaciones por valor de 7.081 millones de euros destinadas a reducir un 80% el pasivo madrileño.
Cabe señalar, además, que la Intervención General de la concejalía de Economía, encabezada por Beatriz M. Vigo Martín, certificó el 6 de junio de 2014 que "las previsiones incluidas en el Plan de Ajuste 2012-2022[…] son consistentes con los argumentos técnicos en él contenidos". En consecuencia, se zanjó favorablemente la evaluación de las medidas adoptadas por el gobierno de Botella.
Sí hay margen para bajar impuestos
A partir del presente curso, el consistorio de Botella dejó planteadas distintas rebajas fiscales que debían convivir con las citadas amortizaciones. La primera alteración en este plan ha ido en la dirección contraria a la pretendida por el gobierno de Ahora Madrid. Y es que el Pleno Municipal celebrado el pasado mes de julio sirvió para aprobar una profundización de las rebajas de impuestos que ya había previsto el equipo municipal del PP.
En concreto, los votos de los populares y de Ciudadanos sirvieron para dar luz verde a una proposición tributaria impulsada por el socialista Antonio Miguel Carmona que, según reconoce el propio equipo de Carmena, supondrá reducir la recaudación por IBI en 345 millones de euros. Esta medida viene suponiendo un ahorro medio de 100 euros anuales por contribuyente, pero los concejales de Ahora Madrid se abstuvieron en la votación que sirvió para su aprobación.
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