Las empresas y familias españolas han reducido de forma muy sustancial su endeudamiento desde 2007, a diferencia de lo que ha hecho el sector público.
A la economía española le sobrevino la crisis con los niveles más altos de deuda, sólo por detrás de Irlanda y Portugal. En términos de PIB, la deuda de los hogares españoles sobrepasaba en 30 puntos porcentuales a los de Francia o Italia, y las empresas en 40 y 60 puntos, respectivamente. Sin embargo, después de muchos años de Gran Recesión, España es el país que más ha reducido su endeudamiento privado.
Así, al cierre de 2014, la deuda bancaria de los hogares se ha reducido en un 14% del PIB, lo que equivale a unos 140.000 millones de euros. Por su parte, las sociedades no financieras han reducido su deuda al sistema financiero en más de 300.000 millones de euros. Si sumamos ambas reducciones, nos encontramos en que la reducción de la deuda del sector privado durante la crisis asciende al 44% del PIB (sin contar la reducción de deuda interempresarial).
Al fin y al cabo, para salir de la crisis es necesario reducir esas enormes cantidades de deuda hasta hacerla sostenible, pero no en todos los países se ha realizado del mismo modo. España ha tenido que enfrentarse al peor de los escenarios, lo que da cuenta del descomunal esfuerzo que ha llevado a cabo el sector privado, no sólo si lo comparamos con el público (que sigue endeudándonos a todos), sino comparándolo también con otros países que han reducido porcentajes similares de deuda privada.
Comparativa internacional
Las condiciones económicas de cada país, su diseño institucional y demás factores económicos condicionan la rapidez, lentitud o dureza del proceso de desendeudamiento de los agentes económicos.
Hay varios determinantes que explican el proceso de desapalancamiento de los agentes económicos. Algunos son más macroeconómicos, como el crecimiento del PIB (los beneficios de la actividad económica ayudan a cancelar la deuda) o la inflación (que disminuye el valor real de las deudas, pues éstas se fijan nominalmente). Otros provienen del lado del balance, como la devolución de la deuda, las reestructuraciones o impagos, y la variación de los precios de los activos. Ambos tipos están, naturalmente, interrelacionados.
Vistos estos determinantes a nivel internacional, se explica grandemente los enormes esfuerzos que han desempeñado los agentes económicos de la economía española para llevar ese duro proceso de desendeudamiento.
Para empezar, de acuerdo con el gráfico adjunto (rombos negros), se observa cómo los hogares y las empresas no financieras han acometido las mayores reducciones de deuda, si no la que más, en el caso de las empresas.
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