Los ministros de Finanzas del euro (el Eurogrupo) han sido extremadamente cautos sobre la posibilidad de un pacto, en la reunión que ha comenzado esta tarde en Bruselas, que despeje el futuro de Grecia en el seno de Europa. El acuerdo es “extremadamente difícil”, ha alertado el ministro alemán, Wolfgang Schäuble, a su llegada a la reunión extraordinaria que mantienen los titulares de Finanzas. Tanto Schäuble como casi todos los ministros han mencionado la quiebra de la confianza en el Gobierno griego como el principal obstáculo para lograr un compromiso quedesbloquee un tercer rescate para Atenas.
“Va a ser una reunión muy difícil, existen muchas preocupaciones sobre el contenido, mucho más sobre la cuestión de la confianza. Se trata de saber si podemos esperar que este Gobierno aplique lo que ha comprometido”, ha sintetizado el presidente del Eurogrupo y ministro holandés del ramo, Jeroen Dijsselbloem. En definitiva, no se trata de si las medidas prometidas por Grecia –IVA, pensiones, privatizaciones…- resultan convincentes, sino de la credibilidad que despierta el Ejecutivo de Atenas después del impago al Fondo Monetario Internacional, el final abrupto del segundo rescate y la convocatoria improvisada del referéndum sobre la negociación con la UE.
Pese a todos los peros, nadie cierra la puerta a unas negociaciones sobre las que, en última instancia, decidirán el domingo los jefes de Estado y de Gobierno en una cumbre urgente –primero de los países del euro y después de los Veintiocho- convocada esta misma semana. El camino, eso sí, dista de estar despejado. “Hoy es el comienzo; no vamos a cerrar un acuerdo esta noche”, ha puntualizado el ministro italiano, Pier Carlo Padoan. "La credibilidad es muy baja. Pero confío en que no se produzca un Grexit", ha añadido el español Luis de Guindos.
El principal apoyo con el que cuenta Grecia sigue siendo Francia y así lo ha demostrado su titular de Finanzas, Michel Sapin, a la llegada a Bruselas. El ministro ha valorado “el coraje del Gobierno griego” al someter su oferta de reformas al Parlamento heleno, que la ha respaldado, y esa primera evaluación del FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea de que lo comprometido por Grecia constituye una buena base para negociar. Sapin ha admitido también la falta de confianza, pero extiende la responsabilidad más allá de Syriza. “La confianza no solo ha sido dañada por este Gobierno, sino por otros Gobiernos que durante años y años han hecho promesas”, ha precisado.
También la Comisión Europea -principal medidadora entre Grecia y sus acreedores en el proceso anterior al referéndum- ha querido ofrecer esperanzas de acuerdo. "Estamos avanzando mucho. Lo que Grecia ha propuesto va muy en la línea de lo que proponían las instituciones antes del referéndum", ha observado Valdis Dombrovskis, presidente del Ejecutivo comunitario responsable del euro.
Necesidades financieras elevadas
Las necesidades financieras de Atenas superan los 70.000 millones de euros, según el primer análisis que han realizado este viernes las instituciones europeas y el FMI tras examinar la petición de rescate de Grecia y las medidas previstas para solicitarlo. Las estimaciones no están consensuadas: el FMI las cifra en 78.000 millones, mientras la Comisión Europea y el BCE las cifra en 74.000, según explican fuentes comunitarias. En caso de que se conceda, es muy probable que el rescate sea inferior a esa cifra (Grecia ha solicitado en la ventanilla europea una cantidad que ronda los 50.000 millones de euros).
De esa brecha de financiación que tiene Grecia, una cantidad nada despreciable de 25.000 millones de euros se necesita para recapitalizar la banca, muy dañada tras la imposición de controles de capitales y de un corralito hace dos semanas. España, una economía cinco veces mayor que la griega, obtuvo 40.000 millones de euros europeos para rescatar a sus bancos.
Es muy probable que para cubrir esas necesidades no haya que partir de cero. Hay cantidades no desembolsadas del anterior programa de rescate, que expiro el 30 de junio sin acuerdo entre Grecia y las instituciones para completarlo ni prorrogarlo, y que podrían recuperarse ahora, explican fuentes comunitarias. Se trata de 10.900 millones disponibles para la recapitalización bancaria, 3.300 millones procedentes de los beneficios que obtienen los bancos centrales al operar con deuda griega, 1.800 millones del último tramo del rescate no abonado y 16.000 millones pendientes de desembolsar del FMI.
En todo este proceso será clave el análisis sobre una eventual reestructuración de la deuda griega, una de las principales demandas de Atenas que topa con la fiera oposición de algunos países miembros. Schäuble ha vuelto a descartar hoy que pueda ponerse sobre la mesa ninguna quita, aunque el ministro eslovaco, Peter Kazimir (también de los más críticos con Grecia), ha admitido que existe "un enorme problema con la sostenibilidad de la deuda". Y el francés Sapin ha instado a hablar de ese asunto "sin tabúes".
Los ministros debatirán hoy sobre este capítulo porque el análisis sobre la sostenibilidad de la deuda griega figura entre los documentos que han presentado las instituciones europeas tras la petición de rescate del Gobierno de Alexis Tsipras. Pero cualquier decisión al respecto se supeditará a que Grecia empiece a tomar medidas para enderezar su situación. No habrá discusión decisiva sobre una eventual reestructuración de deuda (alcanza el 177% del PIB griego) hasta otoño.
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