"Lo intentaste. Fracasaste. No importa. Sigue intentándolo. Fracasa otra vez. Fracasa mejor” Este poema del dramaturgo irlandés Samuel Beckett puede verse tatuado en el antebrazo de Stanislas Wawrinka. "Stan"(Lausana, Suiza, 28 de marzo de 1985), como se ha hecho llamar (pidió a la ATP que ésta, en su web, le cambiara el nombre) es un tipo peculiar. Tras el brutal éxito cosechado en Australia el año pasado (derrotando a Djokovic, Berdych y Nadal), ha vivido en las aguas de la irregularidad. Digamos que a Stan, el día a día del Tour se le vuelve tedioso. Parece claro que estamos ante un hombre de grandes escenarios (no cae antes de curtos de final de un Grand Slam desde Roland Garros del año pasado, en donde cedió en 1a ronda ante Guillermo García López).
La consecución de segundo segundo Grand Slam ha vuelto a suponer una sacudida de los cimientos del circuito, sobretodo por el revesazo (nunca mejor dicho) que ha propinado en el circuito, y sobretodo en el actual e indiscutible número 1 del mundo, Novak Djokovic. El serbio buscaba alzarse con su primer entorchado en París, único "major" que se le resiste. En numeras ocasiones llamando a la puerta (finalista en 2012 y 2014, semifinalista en 2007, 08, 11, 13), parecía que se había granjeado la oportunidad definitiva. En cuartos de final derrotó con contundencia al gran campeoón de la arcilla parisina, Rafael Nadal (9 veces campeón), 7-5 6-3 6-1. Tras superar con brillantez este durísimo escollo, en semis le esperaba el hombre del momento, un Andy Murray (número 2 en la RACE) que se presentaba con un inmaculado 15-0 en tierra batida, con los títulos en Munich (categoría ATP 250) y en el Masters 1000 de Madrid, derrotando, nada más y nada menos, que a Raonic, Nishikori y Nadal. El serbio se impuso en una disputadísima batalla, que tuvo que posponerse del viernes al sábado al no poder concluirse, por 6-3 6-3 5-7 5-7 6-1. "Nole" seguía imponiendo su tiranía sobre el escocés, al que ha derrotado en las últimas ocho ocasiones, y, si echamos la vista más atrás, en once de las últimas doce confrontaciones (19-8 refleja actualmente el h2h a favor del balcánico, con residencia en Montecarlo).
Superados dos duelos de enjundia, Novak era el gran favorito en la final de ayer, ante un Stan que venía desplegando un tenis maravilloso (derrotó con claridad a Gilles Simon en 4a ronda, a nada más y nada menos que Roger Federer en cuartos de final, y en semis a un Tsonga que ha sido la revelación del torneo), y al que su condición de underdog (no favorito) le ha venido de maravilla.
El gran debate en torno a Djokovic está a día de hoy en los GS. Al nivel de leyendas, puede resultar cruel, pero encontramos un balance de 8-8 en finales de GS, y 8 ganado de 26 SF. En M-1000, finales de ATP 500 y Masters Cup, tiene un rendimiento claramente muy superior. Dentro de su magnánimo nivel, parece que en estos cuatro torneos mas grandes, no es tan resolutivo.
Destacar también a Federer y Ferrer, que ambos con 33 años han vuelto a pisar ronda de cuartos de final. Nadal, por el contrario, también perdió en la misma ronda, y como defensor del título ha caído en el ranking hasta la décima plaza.
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