Vía El Mundo
El paso de Roger Federer por Madrid fue visto y no visto. Nick Kyrgios, aquel muchachote australiano que tumbó a Nadal en octavos del último Wimbledon, terminó con el reciente campeón en Estambul a la sexta pelota de partido, después de que el suizo dejara pasar dos en su favor. Se impuso por 6-7 (2), 7-6 (5) y 7-6 (12), tras dos horas y treinta y seis minutos.
El tres veces campeón del torneo y cabeza de serie número uno llegó a contar con una ruptura favorable en el segundo parcial, pero acabó sometido por los 22 'aces' y el desparpajo de este chaval de 20 años recién cumplidos dispuesto a elevar la voz en el tenis que viene. A Kyrgios, que cometió una sola doble falta, no le tembló la mano en momento alguno. Mostró siempre acierto y determinación, sin el acné que puede presuponérsele a un jugador aún muy corto de recorrido.
Fue el gran golpe del torneo en un miércoles que vio comparecer a los principales favoritos. Ausente Djokovic, la caída de Federer abre un vacío considerable en el cuadro, y en particular por su zona alta, la misma por la que circula Rafael Nadal.
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