El presidente colombiano, Juan Manuel Santos,
ha explicado este lunes en Madrid que mañana martes viajan a La Habana,
sede de los diálogos con la guerrilla, un grupo de cinco generales y un
almirante para negociar el cese el fuego definitivo. “Es un tema
complejo”, ha dicho Santos en el Foro por la Paz que organiza EL PAÍS y la Fundación Buen Gobierno.
“Hemos decidido que lo negocien los propios militares en activo. Desde
el primer día decidí mantener informado al Ejército, incluso en la fase
secreta, para darle a las fuerzas armadas participación y confianza”.
Santos ha explicado que en anteriores intentos se había dejado a las
fuerzas armadas al margen del proceso porque se pensaba que se iban a
oponer a los diálogos. Frente a esa opción, el presidente colombiano ha
dicho: “¿Quién mejor que los propios militares para negociar el cese el
fuego definitivo?”
El proceso ha entrado en una fase acelerada desde que Santos
decidiera negociar, de manera simultánea, los dos puntos de la agenda
que aún quedan por resolver, precisamente los más delicados. Por un
lado, el de la justicia para las víctimas —y por tanto qué penas tendrán
que cumplir los responsables de crímenes de lesa humanidad—y, por otro,
los aspectos relacionados con la terminación del conflicto: el desarme,
la desmovilización de los guerrilleros y la reintegración en la vida
civil.
El pasado 21 de febrero, Estados Unidos anunció la elección de un
enviado especial para la paz, Bernie Aronson, algo que Santos ha
valorado como una muestra del “compromiso” de Washington con el proceso.
“El enviado especial habla con las FARC. Es un paso importantísimo, es
la primera vez que esto sucede”, ya que EE UU considera a las FARC como
grupo terrorista. “Desde el primer momento he recibido total respaldo de
EE UU, desde que le dije a Obama en mi primer mandato ‘Estoy en esto”,
ha comentado.
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