Como era previsible, la torpe estrategia de Syriza, solo al alcance de un adolescente político como Tsipras, complicaría la crisis griega. Recomiendo el libro El Dilema del expresidente Zapatero, donde explica, desde la experiencia propia, la dinámica del rescate griego en 2010 y cómo funciona Europa. Es una pena que Alexis Tsipras y Pablo Iglesias no lo hayan leído. La tesis de Alemania es que si ellos reducen la exigencia de los rescates, los países no harán las medidas necesarias para salir de la crisis.
Lamentablemente, Syriza y Podemos son un buen ejemplo de esa tesis. La tibia respuesta de Hollande y Renzi esta semana con Tsipras refuerza a Alemania. Por tanto, preparémonos para una nueva exhibición de Merkel la próxima semana en la cumbre europea. Sin duda, una pésima noticia para los que desde hace cinco años luchamos para cambiar la política económica impuesta por Alemania.
Syriza se niega a asumir la condicionalidad del rescate y el BCE se ha visto obligado a cortar el acceso a la liquidez de los bancos griegos. Tanto el Estado como los bancos son bono basura y su acceso solo es posible bajo rescate y aval del fondo europeo. En enero se filtró que Grecia sufrió una fuga de capitales del 15% de su PIB y una fuga de depósitos del 8%. Sin acceso al BCE los bancos no podrán atender la fuga de depósitos. El Gobierno tampoco podrá atender sus vencimientos de deuda y el pago de intereses y el país volverá a entrar en impago tres años después del anterior. Los ingresos fiscales caerán y tendrá que incumplir sus promesas y aplicar recortes. Argentina, no pidió rescate al FMI y no anunció un ajuste fiscal. El tipo de cambio se depreció un 75% y el PIB se desplomó un 11%. Hubo corralito, 14 monedas en circulación y 20% de la población vivía del trueque ante la incapacidad para tener dinero para comprar alimentos, medicinas y productos de primera necesidad. Y lo más grave, la tasa de pobreza se dobló hasta máximos históricos del 55% de la población en 2002.
¿Qué se puede hacer? Los españoles podemos enseñarles a los griegos un plan alternativo. Cuando Felipe González llegó al poder en 1982 lo hizo en medio de una depresión, con elevada tasa de paro, una grave crisis bancaria y fuga de capitales. El nuevo Gobierno presentó un duro plan de estabilización y de reformas que modernizaron España sobre la base de la educación y el capital humano. Desde entonces nuestras exportaciones se han multiplicado por nueve, mientras, en Grecia solo por dos.
Tsipras debe rectificar. Dijo que pactaba con un partido ultraconservador y antieuropeo por compartir la quita de deuda y el fin de la austeridad. Debe romper el pacto y negociar con Potami o el Pasok. Debe presentar un plan de reformas creíbles y explicar a los griegos que su programa era el del País de Nunca Jamás. Si lo hace, los socios europeos deberían permitirle aprobar medidas razonables de atención humanitaria a los griegos en pobreza severa.
El plan debe asumir tres nuevas realidades que no existían en 1982: el Muro de Berlín cayó, y hay Globalización y Revolución Tecnológica. Nuestra querida España también necesita un nuevo plan que genere ilusión a los jóvenes y desempleados de larga duración que han caído en la desesperanza.
Ánimo, no solo podemos, sabemos y debemos hacerlo.
Lamentablemente, Syriza y Podemos son un buen ejemplo de esa tesis. La tibia respuesta de Hollande y Renzi esta semana con Tsipras refuerza a Alemania. Por tanto, preparémonos para una nueva exhibición de Merkel la próxima semana en la cumbre europea. Sin duda, una pésima noticia para los que desde hace cinco años luchamos para cambiar la política económica impuesta por Alemania.
Syriza se niega a asumir la condicionalidad del rescate y el BCE se ha visto obligado a cortar el acceso a la liquidez de los bancos griegos. Tanto el Estado como los bancos son bono basura y su acceso solo es posible bajo rescate y aval del fondo europeo. En enero se filtró que Grecia sufrió una fuga de capitales del 15% de su PIB y una fuga de depósitos del 8%. Sin acceso al BCE los bancos no podrán atender la fuga de depósitos. El Gobierno tampoco podrá atender sus vencimientos de deuda y el pago de intereses y el país volverá a entrar en impago tres años después del anterior. Los ingresos fiscales caerán y tendrá que incumplir sus promesas y aplicar recortes. Argentina, no pidió rescate al FMI y no anunció un ajuste fiscal. El tipo de cambio se depreció un 75% y el PIB se desplomó un 11%. Hubo corralito, 14 monedas en circulación y 20% de la población vivía del trueque ante la incapacidad para tener dinero para comprar alimentos, medicinas y productos de primera necesidad. Y lo más grave, la tasa de pobreza se dobló hasta máximos históricos del 55% de la población en 2002.
¿Qué se puede hacer? Los españoles podemos enseñarles a los griegos un plan alternativo. Cuando Felipe González llegó al poder en 1982 lo hizo en medio de una depresión, con elevada tasa de paro, una grave crisis bancaria y fuga de capitales. El nuevo Gobierno presentó un duro plan de estabilización y de reformas que modernizaron España sobre la base de la educación y el capital humano. Desde entonces nuestras exportaciones se han multiplicado por nueve, mientras, en Grecia solo por dos.
Tsipras debe rectificar. Dijo que pactaba con un partido ultraconservador y antieuropeo por compartir la quita de deuda y el fin de la austeridad. Debe romper el pacto y negociar con Potami o el Pasok. Debe presentar un plan de reformas creíbles y explicar a los griegos que su programa era el del País de Nunca Jamás. Si lo hace, los socios europeos deberían permitirle aprobar medidas razonables de atención humanitaria a los griegos en pobreza severa.
El plan debe asumir tres nuevas realidades que no existían en 1982: el Muro de Berlín cayó, y hay Globalización y Revolución Tecnológica. Nuestra querida España también necesita un nuevo plan que genere ilusión a los jóvenes y desempleados de larga duración que han caído en la desesperanza.
Ánimo, no solo podemos, sabemos y debemos hacerlo.
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