Syriza, la coalición de izquierdas de Tsipras, se ha hecho con el poder en el país heleno, la cuna de la democracia. Nuevamente, el pueblo ha hablado.
Si en la antigua Grecia se consideraba la libertad del ciudadano como la oportunidad de participar en la cosa pública, de ejercer su derecho democrático de escoger quien debía gobernar, se puede decir que este 25 de enero, la libertad clásica ha tenido su expresión nuevamente, por lo que siempre cabe felicitarse. Con el 36,3% de los votos y 149 escaños, Syriza ha rozado la mayoría absoluta, sobre la conservadora Nueva Democracia del primer ministro en funciones Andonis Samarás, que se ha quedado en el 27,8% de apoyos (76 diputados). El tercer puesto corresponde al partido neonazi Aurora Dorada, con un porcentaje cercano al de 2012 (el 6,3%, 17 electos).
Ahora bien, ante el nuevo gobierno de Tsipras, ¿qué camino va a adoptar Grecia? ¿Cómo va a reaccionar la Troika? ¿Con quien pactará Syriza para gobernar?
Syriza ya ha acordado pactar con el líder de Griegos Independientes, la derecha nacionalista griega,
Panos Kammenos. Ha explicado, tras reunirse con Tsipras, que "a
partir de este momento hay gobierno" en Grecia. "Los Griegos
independientes ofrecerán su voto de confianza al Gobierno".
Si el panorama político parece encauzado, el ecónomico sin embargo resulta una incógnita. Dentro del programa de la coalición, uno de sus principios más destacados está el aumento del gasto público (lógico en un partido de ideología de izquierda), mediante un mayor intervencionismo del estado. Este es uno de los motivos que más temor genera en la zona euro, sobretodo por parte de los inversores. Grecia tiene una deuda pública del 180% del PIB. Ante la victoria de Tsipras y su gente, la bolsa griega ha respondido con una bajada del 4%. Miedo.
La bolsa baja y la prima de riesgo amplía su subida
La deuda es el principal lastre que tiene Grecia, y lo que ha llevado a dos rescates (probable que haya un tercero) por parte de la Unión. La política de austeridad marcada por el eurogrupo, principalmente por Alemania, no ha tenido el efecto deseado. Ahora bien, ¿qué responsabilidad tienen los helenos ante el fracaso de las medidas? Ciertamente muy alto. Alexis Tsipras ha repetido en su discurso que estamos ante el fin de la austeridad. Sin embargo, resulta contradictorio, en su discurso, contemplar que se hayan llevado a cabo dichas políticas de control y, sin embargo, el endeudamiento haya seguido creciendo de forma desorbitada. ¿Cómo te endeudas más y más si estas siendo austero? ¿No tendrá nada que ver la corrupción generalizada y el despilfarro que se han hecho de las ayudas europeas en años pasados? Es necesaria una reestructuración de la deuda, pero es aún mas imperativo que Grecia sea autocrítica y, de una vez por todas, modere el gasto. Curiosamente, es por donde considera Tsipras que está la salida. Camino tortuoso parece, además de un tanto incohernte.
Más allá del éxito de la coalición Sryiza, así como del notable respaldo que ha seguido encontrando Nueva Democracia entre el pueblo, hay que centrar la vista en dos puntos: el descalabro del PASOK, partido socialdemocrata griego, y el auge del partido neonazi, Aurora Dorada, como tercera fuerza política. Es ciertamente preocupante que, en pleno 2014, un partido de semejante ideología encuentre el respaldo en más del 6% de los votantes. Algo falla. Ahora bien, si elevamos la vista de la escala griega hacia un marco europeo, podemos comprobar que los partidos radicales están viviendo una época de auge en Europa: Le Pen en Francia, SKIP en Inglaterra, PEGIDA en Alemania o Podemos en España. El descontento social ante la gestión de sus dirigentes de la crisis, ha fomentado que estos grupos alcancen un lugar más protagonista en la política europea. Grecia es la primera nación en donde alcanzan el poder, y, en buena medida, será el faro en donde los demás centraran la vista para comprobar que rumbo trazan. Europa se pregunta, ¿a dónde vas, Grecia?
La bolsa baja y la prima de riesgo amplía su subida
La deuda es el principal lastre que tiene Grecia, y lo que ha llevado a dos rescates (probable que haya un tercero) por parte de la Unión. La política de austeridad marcada por el eurogrupo, principalmente por Alemania, no ha tenido el efecto deseado. Ahora bien, ¿qué responsabilidad tienen los helenos ante el fracaso de las medidas? Ciertamente muy alto. Alexis Tsipras ha repetido en su discurso que estamos ante el fin de la austeridad. Sin embargo, resulta contradictorio, en su discurso, contemplar que se hayan llevado a cabo dichas políticas de control y, sin embargo, el endeudamiento haya seguido creciendo de forma desorbitada. ¿Cómo te endeudas más y más si estas siendo austero? ¿No tendrá nada que ver la corrupción generalizada y el despilfarro que se han hecho de las ayudas europeas en años pasados? Es necesaria una reestructuración de la deuda, pero es aún mas imperativo que Grecia sea autocrítica y, de una vez por todas, modere el gasto. Curiosamente, es por donde considera Tsipras que está la salida. Camino tortuoso parece, además de un tanto incohernte.
Más allá del éxito de la coalición Sryiza, así como del notable respaldo que ha seguido encontrando Nueva Democracia entre el pueblo, hay que centrar la vista en dos puntos: el descalabro del PASOK, partido socialdemocrata griego, y el auge del partido neonazi, Aurora Dorada, como tercera fuerza política. Es ciertamente preocupante que, en pleno 2014, un partido de semejante ideología encuentre el respaldo en más del 6% de los votantes. Algo falla. Ahora bien, si elevamos la vista de la escala griega hacia un marco europeo, podemos comprobar que los partidos radicales están viviendo una época de auge en Europa: Le Pen en Francia, SKIP en Inglaterra, PEGIDA en Alemania o Podemos en España. El descontento social ante la gestión de sus dirigentes de la crisis, ha fomentado que estos grupos alcancen un lugar más protagonista en la política europea. Grecia es la primera nación en donde alcanzan el poder, y, en buena medida, será el faro en donde los demás centraran la vista para comprobar que rumbo trazan. Europa se pregunta, ¿a dónde vas, Grecia?
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