La muerte del fiscal Alberto Nisman, encontrado sin vida en su apartamento con un disparo en la cabeza, ha levantado en protestas, convocadas a través de redes sociales, en Buenos Aires y en ciudades del interior del país como Salta o Mendoza. En la plaza de Mayo, una de las más importantes de la ciudad boanerense, los manifestantes han portado divesos carteles entre los que se leían "Yo soy Nisman", en alusión al lema "Je suis Charlie Hebdo", que se popularizó tras los atentados de París.
El fiscal iba a comparecer, ayer lunes, ante la Comisión de Legislación Penal en la Cámara de Diputados, a petición de varios grupos opositores, para exponer los términos de su denuncia contra la presidenta de Argentina y otros colaboradores. La acusación se sustenta en que Fernández de Kichner quería “decidir, negociar y organizar la impunidad de los prófugos iraníes”, acusados de perpetrar el atentado contra la sede porteña de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), donde murieron 85 personas.
El cadáver de Nisman fue encontrado en el baño de su casa de Buenos Aires. La puerta de la vivienda estaba cerrada con llave por dentro y los diarios del domingo estaban sin recoger. El fiscal, de 51 años, divorciado y con dos hijas, fue designado por el presidente Néstor Kirchner (2003-2007) para investigar de forma exclusiva el atentado contra la AMIA. Era su función exclusiva desde 2004. Gozaba de excelente relación con el Gobierno, hasta que Cristina Fernández firmó, en enero de 2013, un acuerdo con Irán para aclarar el atentado de 1994. El acuerdo se gestó sin el conocimiento de Nisman. Una vez hecho público, el fiscal siempre manifestó su oposición.
Nisman basó su denuncia contra Fernández, sobre todo, en escuchas telefónicas. Disponía de un informe de 300 páginas que no había hecho público porque ofrecía nombres de los servicios de inteligencia que debían mantenerse secretos. No obstante, en el resumen de su denuncia acusaba a la presidenta de crear una trama diplomática paralela para negociar con Irán impunidad a cambio de petróleo. El 5 de octubre de 2006, Nisman acusó formalmente a Irán de ser el autor intelectual del atentado y a la agrupación Hezbolá de ejecutarlo. Solicitó una orden de captura contra cinco iraníes y un libanés. La supuesta negociación entre Fernández e Irán se materializó, según Nisman, en el principio de acuerdo que firmaron Irán y Argentina, en enero de 2013, y que aún no ha sido ratificado por Teherán.
Nisman basó su denuncia contra Fernández, sobre todo, en escuchas telefónicas. Disponía de un informe de 300 páginas que no había hecho público porque ofrecía nombres de los servicios de inteligencia que debían mantenerse secretos. No obstante, en el resumen de su denuncia acusaba a la presidenta de crear una trama diplomática paralela para negociar con Irán impunidad a cambio de petróleo. El 5 de octubre de 2006, Nisman acusó formalmente a Irán de ser el autor intelectual del atentado y a la agrupación Hezbolá de ejecutarlo. Solicitó una orden de captura contra cinco iraníes y un libanés. La supuesta negociación entre Fernández e Irán se materializó, según Nisman, en el principio de acuerdo que firmaron Irán y Argentina, en enero de 2013, y que aún no ha sido ratificado por Teherán.
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