Vía El País
Son los últimos que pueden recordar al mundo la barbarie nazi que sufrieron posiblemente más que nadie. Tres centenares de supervivientes de Auschwitz han conmemorado este martes el 70º aniversario de la liberación por parte del Ejército Soviético del campo de concentración y exterminio más mortífero creado por el régimen hitleriano, que acabó con la vida de más de 1,1 millones de personas, la gran mayoría judíos, pero también gitanos, comunistas, opositores y homosexuales. "70 años más tarde, la crueldad diaria está todavía grabada en mi mente. Un minuto en Auschwitz era como un día entero, y un día como una semana, y una semana como un mes. Una eternidad de horror", ha dicho el antiguo prisionero Roman Kent.
La de este martes ha sido una ceremonia sobria que ha terminado con el sonido desgarrador de un shofar, el cuerno utilizado en las plegarias judías por los muertos. El director del museo Auschwitz-Birkenau, Piotr Cywinski, explicaba la semana pasada a este periódico que habían decidido centrar el protagonismo en los hombres y mujeres, ya octogenarios o nonagenarios, que estuvieron cautivos en el campo situado en la Polonia ocupada por los nazis."Posiblemente este sea el último aniversario redondo en el que podamos contar con tantos testimonios", aseguraba.
La de este martes ha sido una ceremonia sobria que ha terminado con el sonido desgarrador de un shofar, el cuerno utilizado en las plegarias judías por los muertos. El director del museo Auschwitz-Birkenau, Piotr Cywinski, explicaba la semana pasada a este periódico que habían decidido centrar el protagonismo en los hombres y mujeres, ya octogenarios o nonagenarios, que estuvieron cautivos en el campo situado en la Polonia ocupada por los nazis."Posiblemente este sea el último aniversario redondo en el que podamos contar con tantos testimonios", aseguraba.
Las delegaciones de medio centenar de países —entre los que estaban una docena de jefes de Estado— han pasado a un segundo plano. Solo ha tomado la palabra el presidente polaco, Bronislaw Komorowski. "Los nacionalsocialistas alemanes convirtieron mi patria polaca en un cementerio judío para la eternidad", ha dicho Komorowski, que ha definido Auschwitz como un "infierno de odio y violencia".
Antes de asistir a la ceremonia también ha hablado el presidente alemán, Joachim Gauck, que ha insistido en la necesidad de que las nuevas generaciones recuerden. "No hay identidad alemana sin Auschwitz. Pertenece a la historia de este país", ha dicho Gauck desde el Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento.
A Polonia han acudido también presidentes como el de Francia, François Hollande, o el de Ucrania, Petró Poroshenko. Pero no ha ido el de Rusia, un símbolo de las tensiones entre el Kremlin y las capitales europeas que ha generado la crisis ucrania. Vladímir Putin, que adujo problemas de agenda para estar en Auschwitz, sí ha recordado la Shoah desde Moscú. “Un crimen así no debe repetirse. Este es nuestro deber común y, sin exagerar, la tarea más importante y de mayor actualidad de toda la comunidad internacional”, ha asegurado.
El homenaje de este martes no solo ha servido para reiterar la idea de la importancia de recordar el Holocausto. También para honrar la memoria de personas como Jósef Paczynski, que la semana pasada recordaba a este periódico sus primeros momentos en Auschwitz, donde pasó casi cinco años. "Cuando llegué, los nazis nos dijeron: 'No tenéis ni idea de dónde estáis. Esto es un campo de concentración alemán. Aquí no vais a sobrevivir más de tres meses'. Pero yo era joven, estaba sano y tenía ganas de vivir. No me dejé impresionar por estas palabras. '¿Por qué debería vivir solo tres meses?', pensé".
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