miércoles, 28 de enero de 2015

Las 12 respuestas clave de Pujol

Vía El País

El expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, dijo hasta en seis ocasiones ante la juez que le tomó declaración como imputado que se desentendió por completo de la supuesta herencia legada por su padre, Florenci, a su esposa y sus hijos. “No quería saber nada del legado”, repitió en cuatro ocasiones, a las que añadió dos frases más de contenido similar: que se “desentendió totalmente” de la herencia y que quedó “absolutamente al margen de ella” desde el primer momento.

EL PAÍS ha tenido acceso a un breve extracto (tres páginas) de la declaración como imputado de Pujol, que se registró en vídeo. Se trata de un resumen de las principales preguntas y respuestas, transcrito en tercera persona.


Pujol afirma que dos personas ya fallecidas (amigos suyos y de su padre) gestionaron las cuentas a la muerte de Florenci y dice que vio en el legado una suerte de “hucha” para que los beneficiarios, su mujer y sus siete hijos, tuvieran el “futuro” asegurado. También explica por qué su hermana no solo quedó al margen de ese dinero, sino por qué ni siquiera sabía de su existencia. Todo se debe, dijo, al “gran secretismo” con el que llevó el asunto su padre.

Estos son los principales 12 aspectos que se trataron en la declaración de Pujol. La mayoría de preguntas, salvo que se indique lo contrario, fueron hechas por la juez instructora, Beatriz Balfagon:

1. Por qué el comunicado. “Obedece a un propósito ético”. “Convenía, de cara a sus hijos, explicar la procedencia de un dinero que tenía fuera de España, el cual procedía de su padre”. A preguntas del abogado del Estado, añade que la decisión “obedece a que conocía el origen del dinero desde los años 60, que era de procedencia lícita y quiso dejarlo claro a través de dicho comunicado”.

2. Desinterés por la herencia. Pujol “ignora en qué banco estuvo ingresado” el dinero de la supuesta herencia y tampoco conoce “el nombre de la persona a nombre del cual estaba puesto”. Manifiesta “que no puede dar ninguna información respecto de las cuentas ya que desde un primer momento no quiso saber nada relativo a ellas”.

3. El “gran secretismo” de Florenci. El expresidente responde al abogado del Estado que “no se sintió desheredado” por la decisión de su padre ya que “dichos fondos fueron a parar a su esposa e hijos y porque fue él quien los rechazó”. También afirmó que, si el pasado mes de julio su hermana y su cuñado se mostraron sorprendidos por la existencia de los fondos, fue porque su padre Florenci llevó el asunto “con gran secretismo”. Su padre “forjó un gran patrimonio pero debido a las sucesivas crisis este se fue reduciendo y por ello su hermana no pudo ser compensada con dinero en relación al legado dejado a su esposa e hijos”.

4. Dos gestores muertos. “El administrador de dicho dinero fue un amigo de su padre y también del declarante, llamado Delfí Mateu, que falleció en 1992 o 1993 [la fecha correcta es 1993]. Afirma que “nadie le pidió cuentas” porque él mismo “no quería saber nada”. “En 1989, debido a su edad, el señor Mateu quiso dejar de gestionar el legado sugiriéndole para sustituirle a Joaquim Pujol i Figa, primo del declarante”. Éste “aceptó pero al cabo de unos meses tampoco quiso dedicarse a la gestión del legado ya que se dedicó a la labor de Secretario General de Presidència”. A preguntas del fiscal, matiza que tras la muerte de Florenci (1980) “confirmó al señor Mateu la continuación sobre la gestión” del legado. “Nunca dio instrucciones al señor Mateu acerca de la gestión de los fondos”. Al abogado del Estado, le matiza que, aunque la propuesta de cambiar a Figa fue de Mateu, Pujol “habló con él para que aceptara”.

5. Proteger a los hijos por la “situación política”. Pese a su desinterés, Pujol fue la persona que escogió a las dos personas que se hicieron cargo del capital hasta que sus hijos fueron mayores de edad. “Cuando murió su padre alguno de sus hijos ya era mayor de edad, pero no quiso que se hicieran cargo de ese legado debido a la situación política de España en 1980 y por ello prefirió esperar a que todos sus hijos fueran mayores de edad”.

6. Una “hucha” para la familia. “El administrador del legado fue su hijo mayor. Deseaba que el legado no fuera para obtener beneficios sino como una hucha, no para especular sino para asegurar a su esposa e hijos su futuro”. A preguntas del fiscal Alejandro Luzón, añade que “ignora cómo se pusieron los fondos a nombre de sus hijos ya que, como ha reiterado, nunca quiso saber nada de los mismos”. A requerimiento del fiscal, dice que “ignora si las cuentas que su esposa e hijos tenían se nutrían de fondos, ingresos y transferencias desde otros países”.

7. “Autonomía” sobre el dinero. Afirma que “ignora cómo fue gestionada la cuenta una vez asumida por sus hijos. Cada uno de ellos podía obrar con autonomía en relación con su dinero. Ignora si el dinero seguía en el extranjero ya que no quería saber nada de ello”.Cada uno de ellos “decidió usar [el dinero] como quiso, y por ello las cantidades no son coincidentes entre ellos”.

8. Sus hijos decidieron regularizar. El declarante “ignoraba a cuánto ascendía ni como se repartieron” el dinero en 1990. “La regularización en Hacienda [julio de 2014] fue decidida por sus propios hijos, quedándose el declarante absolutamente al margen de ella”. Reitera que “la cantidad total coincidiría con la regularización de los hijos”. “Sus hijos le comunicaron la regularización ante Hacienda cuando la decisión ya la habían tomado”.

9. Miedo a la “repercusión mediática”. Pujol afirma que “ha tardado años en regularizar un dinero que de alguna manera estaba relacionado con él y la repercusión mediática negativa que pudiera tener, como así ha sido”. El expresidente declara que “en el año 1980 las cosas eran diferentes y tenía miedo”.

10. Dinero del “cambio de divisas”. El dinero “no procede de blanqueo de capitales ni relativo a la corrupción o comisiones ilegales, ni del erario público”, sino que “era proveniente de las ganancias que su padre obtenía en los años 50 y 60 por la compraventa de dólares”.

11. Sin cuentas en el extranjero. Declara “que no tiene ni ha tenido cuentas en el extranjero”. Declara “que no ha tenido ninguna cuenta en Liechtenstein y que no ha recibido ninguna notificación de este país”.

12. Sin documentos de la herencia. “No existe ningún documento que acredite el lugar donde se encontraban los fondos en el año 1990”. Cuando el primer gestor (Mateu) puso las cuentas en manos del segundo (Pujol i Figa) “tampoco existe ningún documento acreditativo de los fondos”. La “rendición de cuentas la realizó directamente a sus hijos”

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