lunes, 12 de octubre de 2015

Artículo de Sociología: Transexualidad

Por Mati Cardeñas
“El género es una categoría construida social, histórica y culturalmente. A diferencia de mujer y varón, feminidad y masculinidad no son conceptos empíricos. El género es la institucionalización social, muy arraigada, de la diferencia de sexo”. Nancy Fraser - intelectual feminista estadounidense, profesora de ciencias políticas y sociales en The New School de Nueva York.

Una de las últimas propuestas del cine, es la esperada “La chica danesa”, donde una mujer nacida hombre decide dar el paso y cambiar su sexualidad para poder regirse por las normas del género que siente como suyo.

Pero, ¿cuál es el camino que deben seguir aquéllas personas que sienten que su cuerpo no se corresponde con su alma? ¿Sabemos realmente quiénes son estas personas? ¿Somos capaces de convivir con ellas y ellos sin llegar a etiquetarles?

Es importante conocer los conceptos, aunque de esta manera etiquetemos a estas personas, pero así nos resulta más fácil centrarnos y conceptualizar el tema. Una persona homosexual es aquélla que se siente atraída por alguien de su mismo sexo. Por el contrario, una heterosexual, sentirá deseo hacia alguien de su sexo contrario; y una persona bisexual, se siente atraída por ambos sexos, aunque a veces tienden a sentir más por un sexo que por otro.

Estas definiciones las conocemos, las aceptamos y las hemos adaptado a nuestro lenguaje y nuestro día a día. Pero, ¿qué sabemos de transexuales, travestidos o transgénero? Una persona travestida es aquella persona que se viste y comporta en ocasiones, como alguien del sexo contrario. No sienten rechazo por su cuerpo, ni pretenden cambiarlo. Es más común encontrarnos a hombres que se travisten de mujer, aunque cada vez es más común ver a mujeres travestidas de hombres. 

La diferencia entre travestismo y transexualidad es mucho más profunda de lo que muchas personas piensan. Tendemos a pensar que una persona travestida, es transexual, pero no es así.

Una persona transexual, es alguien que ha nacido en un cuerpo equivocado. Que no siente que su anatomía, su vello, su pecho y sus genitales, se correspondan con cómo se siente y su género. Así, un muchacho puede haber nacido sintiéndose mujer y con anatomía masculina. De manera que, jamás podrá sentirse pleno como persona, si no reconoce en su sexo, lo que su género es.

Por el contrario, tenemos a las personas transgénero, personas que no se identifican con el sistema bipolar de género, rechazando a la asociación de género con los genitales. Son personas que no quieren sentirse ni hombre, ni mujer, no quieren atender a los roles de género de hombre o de mujer.

Entre todos estos casos, la transexualidad es el más complicado de entender, el más complejo de realizar y, sin duda, el cambio social más profundo de entre todos. En primer lugar no todas las personas que necesitan una reasignación de sexo, son transexuales. La evaluación diagnóstica es un proceso complejo y muy controlado y que suele extenderse de 4 a 6 meses, manteniendo un contacto continuo con el terapeuta. Se debe realizar un buen diagnóstico ya que en ocasiones, existe un gran arrepentimientos tras la reasignación sexual y eso conlleva muchos más problemas.

Cuando el terapeuta ha realizado y concluido su diagnóstico, se presenta al paciente la oportunidad de realizar la experiencia de la vida real (EVR) en su trabajo, familia y grupos sociales varios, de manera que cambiará su comportamiento acercándose a los roles del género y el sexo que desean.

Tras estas dos etapas, viene la evaluación endocrinóloga y la intervención hormonal. Tras haber completado la historia clínica, haber cambiado sus hábitos diarios, investigado antecedentes de neoplasias, enfermedades cardiovasculares y trombóticas, etc, y haber investigado el desarrollo puberal, se comienza a emplear el tratamiento hormonal sustitutivo. 

Esta terapia provoca el desarrollo de caracteres sexuales secundarios del sexo deseado. El pecho crecerá en mujeres transexuales, pero no desaparecerá en varones, sólo mediante cirugía. La distribución de la grasa, músculos y la menstruación pueden ser revertidos mediante este tratamiento para ocultarlos. Si se cesa el tratamiento hormonal y no se realiza la castración quirúrgica, estos caracteres volverán a aparecer.

Un dato que en ocasiones causa confusión es, ¿el tratamiento hormonal es para siempre o sólo hasta que se realiza la cirugía? Es para toda la vida. Si una persona se somete a la cirugía de cambio de sexo, pero deja de tomar las hormonas, su cuerpo seguirá interiormente, formando las hormonas del sexo primario y no las del deseado.

El último paso de la transexualidad, la cirugía, no es obligatorio para las personas transexuales. Hay quienes prefieren hormonarse y ponerse o quitarse las mamas y no someter a cirugía sus genitales primarios.

Ante todo, debemos ver esta cirugía como un proceso quirúrgico al que mujeres y varones se someten para armonizar su sexo y su anatomía con su identidad sexual, la que realmente sienten y tratar este tema con respeto y curiosidad sana. Algunas cirugías se centran en la reconstrucción genital, vaginoplastia, metadoioplastia o faloplastia. Aunque también existen operaciones femenizantes o masculinizantes de caracteres sexuales no genitales, como la cirugía facial o una mastectomía.

Gracias a los cambios legales, desde el 2007, en España es posible cambiar su nombre y sexo sin necesidad de someterse a ninguna intervención quirúrgica. Por lo que los transexuales españoles cada vez tienen menos trabas legales para conseguir ser la persona que sienten que son. En cuanto a la prevalencia, se estima que 1 de cada 10.000 españoles, sufre disforia sexual o se autodenomina transexual. Muchos de los casos terminan con un final feliz y algunos mediante la cirugía, pero son tratamientos e intervenciones delicadas y no se deben tomar a la ligera, ya que por ejemplo, el cambio de mujer biológica a hombre es el más delicado de los dos casos y ha provocado muchas infecciones y problemas a los pacientes. Existen varios hospitales españoles que tienen todo el equipo y terapeutas necesarios para abordar la transexualidad desde el primer contacto, aunque en todas las CCAA existen centros u organizaciones sin ánimo de lucro que prestan asesoramiento a todas las personas que lo deseen.

“La belleza es el resultado de una selección sexual”. Charles Darwin

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