domingo, 8 de febrero de 2015

Sorolla, el color del mar

Por Raquel Márquez

Joaquín Sorolla y Bastida nació en Valencia en 1863 y no obstante vivió en Madrid la mayor parte de su vida, siempre conservó una intensa añoranza por las playas de su infancia, algo que queda reflejado en su obra junto con el recuerdo de los juegos infantiles, la libertad, el calor del sol y el mar. Se reencontró con estas sensaciones a través de los cuadros que pintó, sobre todo, en la costa valenciana y las Islas Baleares.

La exposición "Sorolla, el color del mar" indaga en la mirada del pintor Joaquín Sorolla y en su manera tan particular de analizar y utilizar el color para sus cuadros, para ello se centra en un grupo de obras dedicadas a lo que fue su tema preferido, y el más popular de su pintura : el mar.

Esta exposición, formada por el fondo del Museo Sorolla, se compone principalmente de lienzos y algunas notas de color, pequeños cartones que se pueden transportar fácilmente, donde Sorolla tomaba apuntes de la naturaleza y que son imprescindibles para entender su método de trabajo. Estas notas, prácticamente cuentan con todos los ingredientes de un cuadro completo, más allá de su tamaño.

La exposición se desarrolla en tres secciones: "El espectáculo incesante", "Las horas de azul" y "De la naturaleza a la pintura". Cada sección corresponde a una etapa de la producción de Sorolla, aunque el orden cronológico no es estricto, ya que algunos de los motivos característicos de su pintura se inician en una determinada fecha pero no se abandonan desde ese momento. Aún así, el hilo conductor de esta exposición, cómo Sorolla plasma la naturaleza en sus cuadros, sí está presente en todas las secciones.

Sorolla afirmaba, y proclamaba, continuamente la pasión que sentía por la naturaleza y nunca quiso alejarse de ella. Aún así, Sorolla era un pintor de su tiempo y esta exposición pretende hacer hincapié sobre el hecho de que, en el proceso de trasladar la naturaleza al lienzo, el artista simplemente deja que la pintura hable por sí sola. El cuadro, los trazos que la crean, nacen de forma espontánea en él.

Junto a los cuadros y apuntes que presentan directamente cómo Sorolla percibía el color del mar, encontramos unas vitrinas con sus objetos de trabajo: muestras de pigmentos y pinturas, breves textos y fotografías que hacen plantearse al propio visitante, cuál es el color del mar.


Encontramos en la exposición algunos de sus cuadros más reconocidos, como es el caso del cuadro "Saliendo del baño" que data de 1915, o de "Niño jugando con barco", de 1909. Se echan de menos en esta exposición conocidas obras como "El baño del caballo" o "Mujeres caminando por la playa", pero descubrimos otras obras, tal vez, menos conocidas como "Cala de San Vicente".

Se trata de una exposición itinerante, si pasa por vuestra ciudad no dejéis de ir a verla. La luz de sus cuadros os atrapará.


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