Al menos 13 personas que asistían a una boda murieron y otras 38 resultaron heridas por un bombardeo en Yemen, después de que la ONU señalara avances en los esfuerzos de paz entre los contendientes.
Varios testigos indicaron este jueves que unos aviones de la coalición progubernamental, liderada por Arabia Saudí, bombardearon el miércoles la casa donde se celebraba la ceremonia, en Sanban, una ciudad controlada por los rebeldes chiitas hutíes, situada a un centenar de kilómetros al sur de Saná.
"El hospital de Dhamar -la provincia en la que se encuentra Sanban- recibió 13 cuerpos y 38 heridos tras el bombardeo de una casa, donde decenas de personas celebraban una boda", indicó una fuente médica.
La coalición árabe negó, sin embargo, ser responsable del ataque. "No hemos llevado a cabo ninguna operación en Dhamar", declaró su portavoz, el general saudí Ahmed Al Asiri.
La semana pasada, ya había negado haber bombardeado un salón de bodas en Moca (suroeste), matando a 131 personas.
Los hutíes, que controlan parte de Yemen, incluida la capital, acusaron este jueves a Arabia Saudí de haber cometido "un nuevo crimen". Fue "la aviación del agresor saudí", quien bombardeó la casa, aseguró la agencia de prensa Saba, controlada por los hutíes, que informó de "60 muertos y heridos" en el ataque y precisó que había unas 30 personas "sepultadas entre los escombros".
A finales de marzo, Riad lanzó una ofensiva militar para impedir a los rebeldes chiitas hutíes, apoyados por Irán, hacerse con el control total de Yemen, cuya capital tomaron hace un año.
Según la ONU, el conflicto ha causado 5.000 muertos y 25.000 heridos, entre ellos muchos civiles.
La coalición ha sido acusada en varias ocasiones de cometer "errores" en sus bombardeos intensivos.
Varias instalaciones no militares han sido atacadas en los últimos meses en Yemen, como una planta de embotellado de agua en agosto (17 civiles muertos), residencias de empleados de una central eléctrica en julio (65 civiles fallecidos) y una fábrica lechera en abril (35 civiles muertos).
En Nueva York, el portavoz de la ONU Stéphane Dujarric declaró el miércoles que los hutíes se mostraron dispuestos a participar en las conversaciones basadas en la resolución 2216 de la ONU, que les ordena retirarse de los territorios conquistados desde el año pasado. "Es un paso importante", añadió Dujarric.
El partido del expresidente yemení, Ali Abdalá Saleh, aliado de los hutíes, también anunció que acepta un plan de paz "en siete puntos elaborados por el emisario de la ONU" y que prevé la aplicación de la resolución 2216.
El enviado de la ONU para Yemen, Ismail Uld Sheij Ahmed, "considera que el gobierno de Yemen, los hutíes y sus aliados deberían aceptar su invitación a reunirse para las conversaciones de paz sobre esta base", explicó Dujarric.
Un primer intento de sentar a representantes del gobierno y de los rebeldes en torno a una mesa de negociaciones en Ginebra fracasó en junio. En septiembre, la ONU aseguró que ambas partes le habían garantizado volver pronto a las conversaciones de paz, en vano.
El gobierno del presidente Abd Rabo Mansur Hadi exige que los hutíes apliquen de forma incondicional la resolución 2216 antes de dialogar con los rebeldes.
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