Mariano Rajoy rehúsa el ofrecimiento del rey Felipe VI. El jefe del ejecutivo español en funciones ha decidido no presentarse al debate de investidura como candidato a la presidencia del gobierno para evitar un descalabro en el Congreso. Eso no significa que abandone sus aspiraciones de mantenerse en el poder como futuro líder de una gran coalición con los socialistas y Ciudadanos si las negociaciones entre PSOE y Podemos no llegan a buen puerto. Estas eran sus palabras tras anunciárselo al rey.
“Mantengo mi candidatura para el puesto de presidente del ejecutivo”, explicaba el líder del PP. “Pero todavía no tengo los apoyos necesarios para formar gobierno. Y no los tengo porque como hemos sabido esta mañana se ha hecho una propuesta que tiene más votos que la mía y, sobre todo, menos votos en contra”.
La pelota está ahora en el tejado de Pedro Sánchez. Si quiere llegar a la Moncloa, el líder socialista tendrá que negociar un gobierno con Podemos con Pablo Iglesias como vicepresidente, conseguir el apoyo de Izquierda Unida y la abstención de los nacionalistas y Ciudadanos.
La próxima ronda de consultas con el rey se celebrará el miércoles. Entonces sabremos si la coalición progesista ha conseguido los apoyos necesarios para afrontar la prueba del Congreso.
Con su decisión, Rajoy evita que se pongan en marcha los plazos legales para la elección de un presidente del gobierno, ya que, según la ley, después de la primera votación de un candidato en el Congreso hay un plazo de dos meses para que salga elegido alguno. De lo contrario, se convocarían elecciones parlamentarias de manera automática.
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