Por Javier Taeño, para Yahoo Noticias
Murieron dos personas y tres resultaron heridas, pero la valentía y la generosidad de un grupo de pasajeros evitaron una masacre aún mayor. El autobús realizaba el trayecto entre Mandera, uno de los lugares más pobres de Kenia situado en las fronteras con Somalia y Etiopía, y Nairobi, la capital, cuando fue atacado por terroristas de Al Shabab.
Los atacantes querían matar a los cristianos que viajaban en el autobús del vehículo, pero la reacción de los musulmanes, negándose a separarse de ellos, provocó que el incidente no fuera tan mortal como otros episodios vividos en el pasado.
“Nos obligaron a parar disparando contra el autobús y una de las balas me alcanzó en las nalgas. Nos hicieron bajar y uno de los pasajeros intentó huir y le mataron”, relató a la prensa local Abdirashid Adan.
La decisión de Al Shabab era clara: matar a sangre fría a los cristianos y salvar a los musulmanes, sin embargo ocurrió algo que probablemente no habían imaginado. Y es que los pasajeros musulmanes se negaron a separarse del resto y les dijeron a los terroristas que los mataran a todos o que se fuesen, tal y como reveló el gobernador de Mandera, Ali Roba.
Una medida que permitió ganar el suficiente tiempo para permitir que llegaran refuerzos. El sonido de un camión en la carretera provocó que los atacantes creyesen que eran las fuerzas de seguridad kenianas las que se estaban acercando y huyeron despavoridos.
Sin embargo, apenas un año antes el final fue muy diferente. Otro autobús que se dirigía a Nairobi fue asaltado en el condado de Mandera y los 28 cristianos que viajaban en el interior del vehículo fueron asesinados por Al Shabab ante la impotencia de las autoridades que llevan años viendo como esa frontera con Somalia es escenario de ataques continuos y peligrosos contra su población.
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