Es una cuestión de supervivencia. Así enfoca el secretario general de la ONU la lucha contra el cambio climático. Ban Ki-moon ha recordado en Davos que las señales de fatiga que envía el planeta son inequivocas, como el hecho de que el pasado mes de diciembre haya sido en términos relativos el más caluroso de la historia. Según ha dicho, si los gobiernos no reaccionan, las consecuencias, incluso económicas, se sentirán a corto plazo.
“El cambio climático está socavando el desarrollo mundial”, añadía. “Y si no implementamos correctamente los acuerdos de París, todo lo que hemos hecho hasta ahora no servirá de nada”.
El minsitro de Exteriores francés, anfitrión de la pasada cumbre de París, establecía además comparaciones aterradoras.
“Europa está hoy en apuros porque varios cientos de miles de personas están emigrando”, recordaba Laurent Fabius. “Pero ¿y si fueran cientos de millones los que emigraran? ¿Entonces qué? A fin de cuentas se trata de una cuestión de seguridad. Y este acuerdo, el de París, es un pilar para la seguridad mundial”.
Temporales, inundaciones, terremotos, sequías… Cada desastre natural conlleva consecuencias económicas, humanitarias y sociales, no sólo para las víctimas sino para el conjunto de la población planetaria, por alejada que esta esté del epicentro del problema. Y según los expertos, cada vez serán mayores.
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