La materia oscura es muy extraña, no se ve y somos incapaces de detectarla, pero su influencia se nota. De hecho, la materia 'normal', es decir la formada por materia bariónica como por ejemplo usted, su prima de Cuenca, un rayo de luz reflejado por la luna, o las vecinas estrellas de Alpha Centauri, solo comprenden el 4,9% del total de la densidad energética del universo. Los científicos especulan que además de la materia y radiación que podemos observar directamente, en el universo hay un 27% extra de densidad de energía comprendida por un tipo de materia invisible al que llaman oscura (el otro 68% restante existe en forma de energía oscura). ¿Dónde buscar esa misteriosa materia oscura si no podemos verla? Ahora, un nuevo trabajo firmado por Gary Prézeau sugiere que la masa de la Tierra (en realidad la masa de cualquier cuerpo celeste) podría agruparla en forma de pelos, con raíces y puntas, que podrían ayudarnos a localizarla.
Bien, lo cierto es que la materia 'normal' suele agruparse (como hemos visto en nuestro sistema solar) mientras que la materia oscura es extraordinariamente difusa. Imaginemos una esfera hipotética alrededor del sol con un radio de un año luz. En todo el espacio comprendido dentro de esa esfera, que se nos antoja enorme, el total de materia oscura presente equivaldría - más o menos - a la masa de Saturno. Es decir, la densidad de materia oscura por kilómetro cúbico en nuestro sistema solar es inferior a un nanogramo. ¡Cómo para intentar detectarla!
Sin embargo, un trabajo reciente de Gary Prézeau, del JPL de la NASA, sugiere la posibilidad de dar con un método estupendo para detectarla, empleando para ello a la propia Tierra que (como el resto de masas planetarias) tiende a compactar la materia oscura haciéndola formar una especie de riachuelos, a los que el autor llama "pelos". Aprovechando el aumento en la densidad de la materia oscura de estos pelos, tal vez podamos emplazar satélites allá donde se forman, para intentar detectarla y estudiar sus propiedades.
En cuanto a nuestro planeta, Prézeau cree que la raíz de estos pelos comenzaría a aproximadamente un millón de kilómetros de la Tierra, a medida que se mueve a través de la galaxia. La mejora en la densidad de la materia oscura creada por nuestro planeta sería entonces mil millones superior a la densidad normal, la antes referida 1 nanogramo por km3. Y eso en cuanto a nuestro minúsculo mundo azul. Si la prueba la hiciéramos con Júpiter veríamos que las raíces de esos pelos surgirían 10 veces más cerca del gigante gaseoso, siendo la mejora de la densidad 100 veces superior a la de la Tierra.
Eso si, Prézeau no se atreve a prever si la materia oscura se agruparía en un único pelo (en caso de esta se comportase como un fluido estacionario y continuo) o si en cambio de cada planeta surgirían una serie de pelos distribuidos elipsoidalmente (si es que la materia oscura fluye en múltiples direcciones aleatorias). En fin, estas cosas pasan cuando se trabaja teóricamente con materias cuyas propiedades desconocemos. ¿Podremos aprovechar este conocimiento para empezar a desgranar los misterios de la materia oscura? Toca esperar...
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