miércoles, 23 de septiembre de 2015

El mejor seleccionador español de siempre


Vaya por delante el respeto absoluto a todos aquellos románticos que sigan considerando al desaparecido Antonio Díaz-Miguel como el número uno de los ocupantes históricos del banquillo de la selección española. No seré yo quien reste mérito al manchego, 27 años entrenando a los nuestros, gestor de una de las más grandes gestas de la historia, aquella de Los Ángeles´84, de otras como la no tan recordada pero igualmente meritoria plata en el europeo de 1973, y el único que podría poner en duda el objeto de esta columna.

Sin embargo, y pese a que a muchos no les gustará, creo que es momento de reconocer firmemente a Sergio Scariolo como el mejor seleccionador de nuestra historia. Si había alguna duda, el triunfo en este Eurobasket la borra de un plumazo. El oro debe ser considerado como una auténtica gesta, en la que el seleccionador ha tenido mucho que ver. Porque, más allá del descollante rendimiento de un marciano Pau Gasol, todo lo que el banquillo restó hace un año en el que debía ser `nuestro mundial´, lo ha sumado en las últimas dos semanas.

España ha defendido mejor que nunca. Ante Grecia, Francia, Lituania y la segunda parte con Polonia se rozó la perfección. Gasol lideró una orquesta que, con un corazón enorme, superó sus carencias ofensivas para ganar los partidos desde atrás, desde la fe y la emoción. Rudy Fernández olvidó las miserias de su maltrecha espalda para ser el mejor en la defensa de ayudas, Sergio Llull tiró de los misiles que tiene como piernas para desquiciar a Spanoulis, primero, y a la pareja Parker-De Colo, después. Hasta Víctor Claver fue determinante, inteligente en defensa y crucial en el rebote, supliendo las carencias de un Mirotic aún demasiado naif en la pista trasera. Qué decir de Felipe Reyes, siempre duro, siempre al choque, por más que el rival le gane sobradamente en kilos y centímetros. Y así incluiríamos a Ribas, San Emeterio, al Chacho, y a todo el que participó en algún momento en una retaguardia coral para minar los ataques del enemigo.

Todo ello es mérito sin duda de Sergio Scariolo, que ha conseguido que su grupo crea en una idea que creció conforme avanzaron los partidos. Este año no se ha hablado de autogestión, pues partía el italiano con la curiosa ventaja de que los roles eran más fáciles de conocer, dado lo exiguo de la plantilla disponible para jugar minutos reales. No existía el problema de las malas caras, que él mismo sufrió con Ibaka y que tan mal gestionó Orenga hace un año. Ganar este Eurobasket es de un mérito bárbaro.España no era la mejor plantilla, la más talentosa, ni la más profunda. Serbia, Grecia o Francia le superaban claramente en ese camino, hasta Italia posiblemente. Pero España fue, una vez más, el mejor equipo.

Dejo para el final lo más evidente. España ha jugado tres torneos europeos con Scariolo al frente, siendo oro en los tres. El dato es demoledor. En 2009 y 2011 era favorita, cierto, pero, con alguna dificultad, cumplió con el objetivo con creces. En 2015, desde atrás, sombrerazo histórico. El transalpino ha estado en unos Juegos Olímpicos al frente, con una plata y una final de leyenda ante una Estados Unidos inabordable para el resto de mortales. Y en el Mundial de Turquía, en 2010, no obviemos que sin Pau Gasol y José Calderón, sólo aquel mortal triple de Teodosic dejó a España fuera de las semifinales, en la que es la peor actuación nacional con Scariolo al mando. En cuanto a currículo, no hay debate.

Gustará más o menos su juego, caerá mejor o peor, se creerá más o menos en él, pero es justo señalar ya a Sergio Scariolo como uno de los más grandes de los banquillos en España. Para mí, desde luego, el mejor seleccionador que hemos tenido. Y que me perdone Don Antonio.

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