Por Marcos Rivera
En estos momentos, la guerra civil en Siria ha inducido el desplazamiento de aproximadamente 4 millones de ciudadanos hacia otros países, en especial, hacia los vecinos, léase Turquía 1,8 millones; Libano, 1,2 millones y Jordania, 630.000.
El deterioro de la seguridad en Irak ha provocado la salida de casi dos millones de ciudadanos iraquíes y la existente en Yemen de 334.000 yemeníes.
Desde esta perspectiva, el número de individuos que buscan protección en Europa es muy bajo y, a priori, su impacto insignificante. Por añadidura, sólo un 1% de los refugiados existentes en el mundo están ubicados en las naciones desarrolladas.
Además, Standard & Poor’s señala que la llegada masiva de demandantes de asilo puede dar más poder a movimientos populistas y xenófobos que paralizarán las reformas económicas, con lo que podría haber rebajas en el ‘rating’ de varios Estados.
La agencia ha señalado que la gestión política de la crisis de los refugiados en la Unión Europea (UE) es "la mayor incertidumbre" para los ratings de los soberanos europeos, ya que puede llevar a un auge de movimientos populistas y xenófobos que desvíen la atención de los Gobiernos de las reformas presupuestarias y estructurales.
El analista de crédito de S&P Moritz Kraemer recalca que la política sobre refugiados es lo más importante, ya que los intereses de los países pueden suponer un obstáculo que dificulte la capacidad para llegar a una respuesta colectiva rápida y apropiada. Además revelaría problemas de gobernanza en la UE, un factor clave de los ratings.
"Esto podría ser relevante para los ratings soberanos de la UE en una futura crisis financiera. La respuesta al problema de los refugiados podría también generar un mayor apoyo al populismo e incluso a partidos abiertamente xenófobos, en detrimento de la agenda reformista presupuestaria", añadió Kraemer.
En concreto, la agencia advierte del riesgo de gestionar y comunicar al electorado de forma inadecuada la gestión del problema, que además podría llevar a los gobiernos a cambiar su enfoque a contener el auge populista y desviarse de las reformas estructurales y presupuestarias.
Si el Estado Islámico mantiene y avanza en su estrategia expansiva, es evidente que la demanda de asilo será cada vez mayor y, si logra consolidar sus posiciones, el resultado será el mismo.
¿Por qué existe en Europa una resistencia abierta en unos casos y soterrada en otros a satisfacer la demanda de asilo?
Los contribuyentes de los estados europeos soportan una abultada presión fiscal para financiar sus Estados del Bienestar y muchos de ellos contemplan a la población refugiada como un factor de incremento temporal o permanente del gasto social y, en consecuencia, de su carga tributaria. Esta tesis ya se utiliza para defender la restricción del acceso a los programas sociales en determinados estados de la UE de los ciudadanos de otros países que son también miembros de esa organización. La evidencia disponible muestra que los inmigrantes tienen una propensión a utilizar los programas del Estado Providencia menor que la de los nativos, pero esa no es la percepción del ciudadano medio lo que facilita el recurso a la demagogia sobre este asunto.
Por ello, los flujos migratorios convencionales han alimentado una creciente corriente de opinión contraria a la inmigración en las sociedades del Viejo Continente y son un caldo de cultivo para incrementar la audiencia y el poder de atracción de los movimientos populistas.
Sin embargo, Standard & Poor's agrega que los flujos de inmigrantes no resolverán los problemas futuros en materia de pensiones y sanidad a medida que la población recién llegada envejece.
Esta tendencia se acentúa en un escenario de débil crecimiento económico en Europa. En este contexto, la pregunta es cómo se compatibiliza una estrategia que facilite la entrada de refugiados, la integración en los estados receptores de quienes lo desean y no genere una amplia contestación social y política.
Aquí, por analogía cobra una enorme relevancia, la tesis planteada por Milton Friedman en virtud la cual la libertad de inmigración es incompatible o, muy difícil, de sostener en presencia de grandes Estados del Bienestar. En este supuesto, ‘’los incentivos de los inmigrantes para buscar asistencia social en lugar de empleo se disparan y, también, los de los naturales del país anfitrión a aceptarlos’’. Este mismo razonamiento es aplicable a los solicitantes de asilo.
De cara al largo plazo, se considera que podría tener un leve impacto positivo en el crecimiento en los países de la UE que garanticen asilo a los recién llegados, quienes podrían aliviar los inminentes desafíos económicos y fiscales que conllevan las adversas tendencias demográficas.
Por otro lado, las implicaciones fiscales son "significativas" en el corto plazo, ya que los países deben suministrar a los refugiados asilo, subsistencia y educación, incluidos cursos de idiomas.
Aunque no todos los refugiados aspiren a reconstruir sus vidas en los países de asilo, muchos lo desearán. Dado el número de gente que ha sido y está siendo asesinada es dudoso que quienes han huido de la muerte estén dispuestos a volver a su país o países de origen aún en el supuesto de que desapareciese en breve plazo, cuestión improbable, la amenaza que determinó su huida. Incluso una teórica acción bélica exitosa en Siria y en las zonas controladas por el Estado Islámico no evitaría que un elevado número de personas intenten escapar de un conflicto que, si se tiene en cuenta la estrategia del islamismo radical del IS, es la propia de una guerra exterminio.
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