En medio de la intensa situación política abierta en España y con su partido envuelto en una grave crisis interna, Felipe González vuelve a poner los ojos en Venezuela para salir en defensa de la oposición yalertar de los riesgos del populismo.
En un artículo publicado en El País, el expresidente del Gobierno denuncia cómo el régimen de Maduro está poniendo trabas a los ganadores de las elecciones legislativa y pone especial énfasis en la crítica situación económica que vive el país y que puede tener desastrosas consecuencias políticas.
González recuerda que Maduro "ha llevado a Venezuela a una situación insoportable, tanto desde el punto de vista social y económico, como en materia de seguridad ciudadana, de libertades democráticas o de corrupción generalizada", lo que explica el resultado obtenido por la oposición mientras el régimen "mantiene el poder ejecutivo y maniobra toscamente para impedir que haya un poder legislativo que represente la voluntad soberana de los venezolanos".
"Nada parece frenar el afán destructivo de la pareja Maduro-Cabello", alerta el expresidente González, al apuntar que estos "en lugar de reconocer la voluntad soberana del pueblo, ponen por delante del bien común sus oscuros intereses".
Sobre la grave crisis que afronta el país, González detalla, entre otros datos, que el PIB ha caído en 2015 un 10%, que el déficit ronda el 20% y que la inflación está subiendo a un ritmo del 250%, una situación que se agravará ante los bajos precios del petróleo y que el chavismo está combatiendo "dándole a la maquinita de hacer bolívares".
Ante el "colapso de las exportaciones", la deuda privada y la salida de capitales, Venezuela se asomará, avisa González, a la quiebra en 2016. El régimen, indica, sólo tiene como opciones "tirar de reservas", muy menguadas y "poco líquidas", hacer uso de activos externos que cifra en 7.000 millones, nuevas ventas de Petrocaribe o lograr más préstamos de China, que el ex presidente ve poco probables en el contexto actual.
La situación aboca a "una crisis humanitaria grave" por la escasez de alimentos y medicamentos y la imparable subida de la cesta de la compra, sostiene González, que avisa de que habrá que ofrecer una "ayuda internacional rápida". "Se han vivido momentos dramáticos como este durante el caracazo, pero el país producía más. Ahora el aparato productivo es tierra quemada y hay que reconstruirlo. No queda tiempo para enfrentar esta emergencia", dice.
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