Previa Wimbledon: semifinales femeninas

Vía Puntodebreak

Williams, Sharapova, Muguruza y Radwanksa. Cuatro raquetas y una sola bandeja. Aquí nuestra previa de las semifinales de Wimbledon.

Las cuatro mejores raquetas de Wimbledon 2015 ya están definidas y solo les esperan dos obstáculos para conquistar el tan ansiado cetro londinense. Están las que tienen que estar. Luego de unos intensos duelos de cuartos de final, solo quedan con vida las cuatro tenistas que han demostrado mejor desempeño durante estas dos semanas. Por un lado, un partido cargado de historia, con una indudable dominadora y el más atractivo de la jornada; por el otro, el combate de dos raquetas que buscan seguir extendiendo la fantasía en el césped sagrado.

Serena Williams vs. María Sharapova

La semifinal proyectada en la parte alta del cuadro, desde el momento del sorteo, es una realidad. Tanto Serena como María han expuesto un tenis sensacional lo que las hace dignas de estar en la ronda previa a la final. Quien ha pasado mayores contrariedades es la uno del mundo, tras estar contra las cuerdas ante Heather Watson y luego tener que remar ante una fantástica Victoria Azarenka, capaz de golpear y mantener el mismo ritmo ante la estadounidense. Mientras tanto, Sharapova ha transcurrido un camino mucho más liviano pero exaltando contundencia; demostrando vacilación apenas ante Coco Vandeweghe, una decorosa oponente que por tramos superó en velocidad a la cuatro del mundo.

En lo que será el vigésimo episodio entre norteamericana y rusa, la báscula se desnivela notoriamente hacia la primera, quien desde la previa parece tener asegurado el duelo psicológico, el principal aspecto con el que deberá luchar Sharapova. Es que tener en la retina 16 derrotas consecutivas y sin saber qué es ganarle desde el 2004 abruma hasta a la mente más fuerte y firme del circuito. Serena posee las armas para desestabilizar a su oponente de turno, es capaz de resistir la velocidad que imprime la de Siberia y en los cambios de ritmo lleva las de ganar indiscutiblemente. Ahora, no es que ya esté decidida la victoria a favor de la menor de las Williams, pero la ganadora de 5 grandes deberá estar en su jornada más iluminada, contar con mayor consistencia desde el servicio, tomar la iniciativa en los puntos y olvidarse por completo del pasado que tanto la atormenta. Al final, solo esperamos que nos entreguen un partido de alto calibre.

Garbiñe Muguruza vs. Agnieszka Radwanska

Aunque parezca el partido con menor captación, Muguruza y Radwanska protagonizarán un choque que, por la ambición que hay en el medio, promete ser de altísimo nivel. Para ambas, llegar a la final en Wimbledon significaría no solo cerrar con honores la gira sobre césped, sino poder estar a un paso de conquistar el trofeo más importante de sus carreras. Y es que las dos jugadoras llegan a esta instancia en buen estado de forma. La española ha conseguido dos victorias previas valiosas ante Caroline Wozniacki y Timea Bacsinszky demostrando jerarquía, una velocidad incontestable y sin ceder parcial alguno. Mientras, la polaca ha tenido un rendimiento elevado, dejando ver que sin contar con fuerza desmedida en los golpes es capaz de atormentar en las direcciones y generación de ángulos, tanto que solo ha pasado inconvenientes ante Madison Keys, en el partido por el paso a semifinales.

También, el historial revela que el encuentro puede ser una alegoría a la paridad: con igualdad en dos victorias por lado, Muguruza y Radwanska intentarán poner la balanza de a su favor en lo que será el primer enfrentamiento fuera del cemento, con la caraqueña dueña del plus de haber obtenido el triunfo en los dos enfrentamientos jugados esta temporada (Sídney y Dubái).

Alcanzar el plato de campeona es una ilusión y Garbiñe y Agnieszka están dispuestas a darlo todo. La primera intentará ser la primera española finalista en Grand Slam desde Conchita Martínez en Roland Garros 2001 y la primera en Wimbledon desde Arantxa Sánchez en 1996. La segunda buscará alcanzar por segunda vez el partido decisivo en Londres para luego intentar finiquitar lo que se le escapó en 2012. Aquí, la ilusión está en juego.