Murieron dos ingenieros y dos pilotos
Un fallo en el sistema electrónico que controla los motores del avión A-400M pudo ser la causa del accidente que el pasado 9 de mayo costó la vida a cuatro personas en Sevilla. Así lo apunta el documento interno que la compañía que fabrica la aeronave, Airbus Defence and Space, ha enviado hoy a todos los operadores de los aviones ensamblados en su planta sevillana.
En dicho "comunicado de alerta" AOT (Alert Operator Transmission, en sus siglas en inglés) la dirección de la compañía informa a los propietarios de estas aeronaves de la necesidad de realizar comprobaciones específicas a cada uno de los aviones.
"Para evitar portenciales riesgos en cualquier futuro vuelo", Airbus advierte a los operadores que antes de que cada ejemplar vuelva a despegar realicen comprobaciones específicas en las Unidades de Control del Motor (ECU, siglas en inglés de Engine Control Unit) que controlan el funcionamiento de cada uno de los motores de la aeronave.
Además, la dirección de Airbus Defence and Space ha enviado un listado de comprobaciones que los operadores deberán realizar en caso de cualquier cambio posterior en dicho sistema de control o de los propios motores.
Según apuntan fuentes de la industria, el fallo pudo originarse en el software que controla la potencia de cada uno de los motores del avión. Una vez en el aire, la unidad de control de uno de los motores del avión siniestrado en Sevilla no reaccionó a la orden de los pilotos y mantuvo la potencia máxima de vuelo, lo que habría motivado el intento de aterrizaje de emergencia.
La investigación oficial que lleva a cabo una comisión mixta de dos agencias de aviación -una civil, perteneciente al ministerio de Fomento, y otra militar, del de Defensa- sobre la causas del accidente podría tardar aún varios meses en hacer públicas sus conclusiones.
El A-400M accidentado en Sevilla se estrelló el día 9 de mayo a aproximadamente una milla de distancia del aeropuerto de San Pablo cuando el piloto del avión intentaba un aterrizaje de emergencia. Durante la maniobra la aeronave chocó contra una torre de alta tensión, lo que provocó que se incendiara casi de inmediato.
En el accidente murieron los dos pilotos, Jaime de Gandarillas y Manu Regueiro, y los ingenierones de vuelo Jesualdo Martínez y Gabriel García Prieto. Los otros dos tripulantes que viajaban a bordo del avión -que iba a ser entregado al ejército turco en breve- permanecen hospitalizados en dos hospitales sevillanos.
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