Ha sido una intervención en la que el presidente del Gobierno ha tirado de mucha ironía y de anuncio económico, pero en la que Mariano Rajoy ha despejado pocas dudas acerca asuntos como el 'caso Rato'. En primer lugar, el presidente ha avanzado que el Ejecutivo revisará al alza su previsión de crecimiento para 2015 -medio punto más de lo estimado inicialmente- y exactamente lo mismo el año que viene. El PIB avanzará un 2,9% este año y exactamente lo mismo el año que viene.
Pese a que no ha descartado que pueda haber más rebajas de impuestos en un futuro, el anuncio más importante del Presidente en lo económico tiene que ver con el crecimiento. En definitiva, estos serán los nuevos cálculos que finalmente Moncloa enviará este jueves a Bruselas con el Programa de Estabilidad y el Plan Nacional de Reformas.
Durante su intervención en el desayuno con motivo del décimo aniversario de Europa Press, el primero de este tipo en el que participa como jefe del Ejecutivo, Rajoy ha incidido en que para que estas previsiones se cumplan e, incluso, mejoren, el Gobierno mantendrá el impulso reformista, en especial, en ámbitos como la Administración Pública, la formación para el empleo, el apoyo a los autónomos, la unidad de mercado y la innovación.
También ha señalado en que España será capaz de crear un millón de empleos entre 2014 y 2015, porque la evolución del empleo en adelante será "aún más positiva". Es más, se ha mostrado convencido de que España puede llegar a los 20 millones de puestos de trabajo en la próxima legislatura.
A preguntas de los medios sobre este asunto, Rajoy solo ha apuntado que Rodrigo Rato ha sido su "compañero personal" en el Gobierno, ha defendido su gestión en esa etapa y ahora confía en que las instituciones responsables actúen. Hasta en dos ocasiones ha recalcado el Presidente que no pensaba responder a nada más allá de estas breves consideraciones.
Sí ha reconocido, sin embargo, y como ya ha hecho en otras ocasiones, que el problema de la corrupción ha hecho mucho daño a su partido. Si bien, entiende que el Gobierno ha adoptado importantes medidas en esta materia a lo largo de los últimos años. "Otra cosa es que hayamos sabido explicarlas bien", ha puntualizado.
Mariano Rajoy ha asegurado que en este momento ve dos enemigos de la recuperación en España: la inestabilidad política y Grecia. Ha dado la bienvenida a las medidas extraordinarias adoptadas recientemente por el Banco Central Europeo, aunque considera que éste debiera haberlas aprobado antes, en 2012.
Sí ha dejado claro que será el candidato del PP a las próximas elecciones generales: "confíen en mí, les irá bien", ha asegurado en tono más distendido, a la vez que descartaba que los comicios puedan coincidir en fecha con la convocatoria plebiscitaria del próximo 27 de septiembre en Cataluña. "Serán a finales de año", ha indicado.
Rajoy ha recalcado que no tiene intención de provocar ningún cambio interno en el partido, al margen de los resultados electorales. Asimismo ha calificado al PP de fuerza política "segura", que ofrece estabilidad y que "no se pone a las órdenes de muchos, ni les da coba". Como cualquier organización, según ha reconocido, puede tener momentos mejores o peores, pero ha acreditado solidaridad, entereza, coraje y aguante.
Sobre la posibilidad de restringir o ampliar las incompatibilidades de los parlamentarios, Mariano Rajoy ha recalcado que su ejecutivo ya ha tomado las iniciativas que debía en este aspecto y ha remarcado que es muy importante no alejar demasiado a los diputados de la calle. Ir más allá, en su opinión, podría conllevar el riesgo de que "solo se dedique a la política alguien con recursos ilimitados o con muy pocos", ha sentenciado.
Su defensa de las instituciones ha sido cerrada, sobre todo en lo relativo al caso Rato, un asunto sobre el que el presidente del Gobierno ha entrado apenas de puntillas.
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