viernes, 27 de marzo de 2015

La policía investiga la salud mental del copiloto que estrelló el avión

Vía El País

La investigación sobre el siniestro del Airbus A320 en los Alpes el pasado martes se centra hoy en analizar la salud mental de Andreas Lubitz, de 27 años, el copiloto de Germanwings que supuestamente estrelló de forma voluntaria el avión. Según informa el semanario alemán Der Spiegel, la policía ha hallado indicios significativos que probarían la "inestabilidad psicológica" de Lubitz. Para este mediodía se espera un comunicado de la fiscalía de Düsseldorf, la ciudad a la que se dirigía el aparato, en el que se aclare esta y otras informaciones que aún no han sido confirmadas oficialmente.


Los vecinos de Montabaur se han levantado sobrecogidos por la noticia conocida el día anterior de que el joven Andreas Lubitz habría querido suicidarse llevándose por delante la vida de 149 personas. Pero mientras los habitantes de esta pequeña localidad del oeste de Alemania no encuentran respuestas y solo repiten que parecía un buen muchacho, la pista definitiva parece provenir de Düsseldorf. En el piso que Lubitz tenía allí, la policía ha encontrado una pista que, según diversos medios alemanes, podría ayudar a explicar el trágico suceso. Esta pista estaría relacionada con los problemas psiquiátricos del joven.

Un portavoz de la fiscalía confirma a este periódico que en la vivienda del joven se encontraron "papeles y objetos" que ahora deberán ser investigados. ¿Son decisivos para explicar lo ocurrido? "Aún no se puede decir. A media mañana haremos público un comunicado que responderá algunas preguntas", responde.

Las especulaciones se desataron después de que ayer el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, reconociera en rueda de prensa que Lubitz interrumpió su formación hace seis años y estuvo un tiempo de baja médica. Spohr no explicó por qué, por razones de “confidencialidad”, pero sí subrayó que el copiloto pasó todas las pruebas. "Era 100% apto para volar", reiteró.

Según el diario sensacionalista alemán Bild, su baja médica fue por un "grave episodio depresivo". Citando documentos internos y "círculos de Lufthansa", el diario sostiene que en 2009 dejó su formación y pasó seis meses en tratamiento psiquiátrico. Dicho "grave episodio depresivo" quedó constatado en el acta sobre el copiloto del departamento de tráfico aéreo alemán bajo el código "SIC", que se refiere a la necesidad de que el afectado se someta a "revisiones médicas regulares". La cadena de televisión pública ARD también confirma este último detalle.

La policía alemana concluyó sobre las nueve de anoche y tras varias horas el registro de la vivienda de Lubitz en Düsseldorf y la casa que compartía con sus padres en la localidad de Montabaur. Los agentes, según imágenes facilitadas por los medios locales, abandonaron con un ordenador, bolsas y cajas las dos viviendas de Lubitz.

Los registros han sido ordenados, en colaboración con las autoridades francesas, por la fiscalía de Düsseldorf, que ha explicado en un comunicado que su objetivo es reunir "documentos personales" del copiloto que ayuden a esclarecer los motivos que le pudieron llevar a estrellar el avión. También ha señalado que el análisis de las pruebas llevará "algún tiempo", pero ha garantizado que informará sin demora a los familiares de las víctimas y a la opinión pública de cualquier novedad esencial en la investigación.

La Fiscalía de Düsseldorf ha asumido la instrucción del caso en todo el país, dado que una parte importante de las víctimas de nacionalidad alemana residían en Renania del Norte-Westfalia, Estado federado del que esa ciudad es la capital. La policía alemana analiza desde el primer momento la vida y movimientos del copiloto. El ministro del Interior, Thomas De Mazière, reveló este jueves que los servicios de información investigaron desde el martes si alguno de los miembros de la tripulación (los dos pilotos y cuatro asistentes) tenían algún contacto con el terrorismo islámico, informa Enrique Müller. “Lo hemos comprobado todo y los resultados son negativos, y esto incluye al copiloto”. Para el ministro, no hay indicios de “trasfondo terrorista”.

El piloto cumplió con las pruebas de seguridad a las que es sometido el personal de cabina por parte del organismo de supervisión aérea, informa Luis Doncel. Y los resultados fueron los habituales, según fuentes del Ayuntamiento de Düsseldorf. Este pasado enero también superó el control de seguridad que se aplica a los pilotos periódicamente. No había cometido ningún delito ni participado en actividades extremistas. Lubitz se sometió a ese mismo control en 2008 y en 2010.

El copiloto empezó su formación como piloto a los 14 años en el club aéreo LSC Westerwald de Montabaur e ingresó en la escuela de Bremen de Lufthansa en 2007. En 2009 interrumpió esa formación, que reanudó con posterioridad hasta ingresar en Germanwings, filial de bajo coste de Lufthansa, en 2013. Acumulaba 630 horas de vuelo. Spohr insistió ayer en que, tanto al ingresar en la escuela como al reanudar y completar su instrucción, pasó los más rigurosos exámenes, tanto físicos como mentales.

Klaus Ratke, que le conocía desde los 14 años, nunca había notado nada raro en él. “Era un chico majísimo, con muchos amigos. Totalmente normal”, afirmó ayer Ratke, presidente del LSC Westerwald. Una portavoz de Lufthansa ha afirmado este viernes que la aerolínea no va a hablar sobre el estado mental del piloto.

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