Por Sergio Ruiz
El presidente y fundador de Indra, Javier Monzón, abandona la multinacional española tras más de 22 años en el cargo. Capitula así ante el Ministerio de Defensa que deseaba su relevo al no estar en sintonía con sus planes de coordinación de la industria española considerada estratégica para el Ejército.
Monzón acepta ser relevado por Fernando Abril-Martorell, el candidato pactado por Telefónica, que se ha convertido en segundo accionista de Indra en las últimas semanas con un 6% del capital, y el Gobierno, que controla el 20%.
Monzón, de 58 años, tiene derecho a un plan de prejubilación y ahorro a largo plazo a largo plazo por valor de 12 millones, según los informes de gobierno corporativo de la entidad. Se trata de un fondo externalizado por Indra hace tiempo antes de que el Estado se convirtiera en primer accionista, según fuentes conocedoras. A esta cantidad hay que unir otros cuatro millones aproximadamente en concepto de indemnización para que no trabaje en la competencia durante los dos próximos años.
El ejecutivo no quería abandonar el cargo, pero, según fuentes próximas consultadas por elmundo.es, ha considerado una buena solución para la compañía la entrada de Telefónica, lo que asegura el futuro de la sociedad.
Monzón estaba en contra de otras alternativas como la desvelada por EL MUNDO de la entrada del fondo británico Hanson, de la mano del ex líder del PP Antonio Hernández Mancha. En opinión de la actual cúpula de Indra, estas operaciones no solo ponían en peligro la españolidad, sino que podían desmembrar la sociedad.
La previsión, según fuentes próximas a Indra consultadas, es que el relevo se produzca en el consejo de administración de esta misma mañana.
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