Vía el País
La brecha económica entre EE UU y la zona euro vuelve a crecer en el penúltimo capítulo de esta interminable crisis. La tasa de desempleo estadounidense bajó en febrero un par de décimas, hasta el 5,5%, lo que supone el nivel más bajo desde 2008 y, además, queda ya a la mitad del nivel de desempleo que sufre la zona euro (11,2% en enero, última cifra disponible). Ambas zonas han aplicado políticas presupuestarias y monetarias muy diferentes en los últimos años.
El dato hecho público ayer provocó una fuerte bajada de la divisa europea frente al dólar: el euro se cambiaba a 1,087 billetes verdes, con un descenso del 1,40% respecto al miércoles. Hay que volver a 2003 para encontrar un canje más bajo.
En el mejor de los casos, la zona euro estaría viviendo la recuperación solo con retraso respecto a la primera potencia del mundo, cuyo banco central, la Reserva Federal, también comenzó sus políticas de expansión monetaria mucho antes que el Banco Central Europeo (BCE) y con mayor osadía. Pero, en el peor caso, el club del euro no sale de la crisis de forma más lenta que EE UU, sino que puede volver a tropezar, como se demostró este verano, rozando una recaída en recesión.
Las autoridades europeas acabaron por admitir que las políticas de austeridad fiscal habían lastrado el crecimiento más de lo previsto, mientras que la política económica estadounidense, menos restrictiva que la europea en el último lustro, ha dado sus frutos.
La zona euro crecerá el 1,3% este año y el 1,9% el próximo, según las previsiones de la Comisión Europea mientras que EE UU avanzará por encima del 3% en ambos ejercicios. Este febrero, la generación de empleo se mantuvo robusta pese al efecto de las nevadas, los despidos en el sector de la energía y el impacto de la apreciación del dólar en las exportadoras. Fueron 295.000 nuevos ocupados, frente a 239.000 en enero. Ya se encuentra a medio punto de los que los estadounidenses consideran pleno empleo. El desempleo afecta a 8,7 millones de personas, 1,7 millones menos que hace un año.
Y la zona euro está completamente polarizada: mientras Alemania tiene un nivel de empleo récord y la tasa de paro más baja desde la reunificación (6,5%), en Italia el desempleo bate récords (13,4%), según los últimos datos, de diciembre. España, por su parte, aún tiene el 23,7%, el peor dato después de Grecia.
Los niveles de paro de EE UU y la eurozona llegaron a alinearse durante en la fase de la Gran Recesión —ambas potencias tenían el 10% en octubre de 2009—, pero luego, cuando arreció la tormenta de la deuda soberana europea, comenzó a abrirse la brecha laboral entre ambas economías. Y en los últimos meses ha alcanzado el punto más agudo.
En EE UU, la buena marcha del mercado laboral puede llevar a la Fed a subir los tipos de interés en junio por primera vez en nueve años. El precio del dinero está en casi cero en ese lado del Atlántico y también en la eurozona, pero el organismo que dirige Mario Draghi se hizo más de rogar, especialmente con las compras masivas de deuda. En EE UU, la primera ronda de la llamada expansión cuantitativa (quantitative easing o QE, en inglés) de la Fed arrancó con la compra de activos en 2008 y la tercera y última de esta crisis ya se ha terminado, cuando el organismo europeo no ha sacado la munición pesada (compras de deuda pública a gran escala) hasta ahora. El hecho de que el repliegue de uno coincida con la expansión del otro lastra el euro sobre el dólar.
“Hay gente que dice que las mejoras en los mercados financieros no se van a ver en la economía real, pero es al contrario”, defendió Draghi el jueves, al dar los detalles de las compras de deuda pública que comienzan el lunes.
En EE UU, el Libro Beige de la Fed, publicado el miércoles, confirmó que la actividad económica siguió expandiéndose al inicio de 2015 pese a las continuas nevadas y que el bajo precio de la energía tiene un efecto positivo en el consumo, aunque afecta a las regiones productoras de petróleo. La fortaleza del dólar penaliza a las compañías exportadoras, pero hoy por hoy no pasa factura al crecimiento.
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