Vía Diez Minutos
“Coletas, qué huevos tienes”, grita un señor mayor. Falta algo más de media hora para las 12.00 horas y el Círculo de Bellas Artes de Madrid está rodeado de entusiastas de Podemos que se han acercado desde todos los puntos del Estado para asistir a la “Marcha del cambio”. “Hemos venido porque es la hora de que todo cambie”, relata una mujer con la bandera morada en la mano. “No hay siglas, yo votaba a Izquierda Unida y ya no, vamos a ganar”, le apostilla su compañera de manifestación.
“Coletas, qué huevos tienes”, grita un señor mayor. Falta algo más de media hora para las 12.00 horas y el Círculo de Bellas Artes de Madrid está rodeado de entusiastas de Podemos que se han acercado desde todos los puntos del Estado para asistir a la “Marcha del cambio”. “Hemos venido porque es la hora de que todo cambie”, relata una mujer con la bandera morada en la mano. “No hay siglas, yo votaba a Izquierda Unida y ya no, vamos a ganar”, le apostilla su compañera de manifestación.
La Marcha por el Cambio ha sido todo un éxito para la organización. La movilización ha respondido a las mejores expectativas que se hacían desde el partido de Pablo Iglesias y miles y miles de personas llenaron la Puerta del Sol y sus calles adyacentes. Finalmente el tiempo ha acompañado y la gran fiesta de Podemos se ha hecho real en el centro de Madrid.
Y es que desde primera hora ya se notaba que algo estaba pasando. Los cánticos en la calle del tradicional “Sí se puede” o “Podemos”, como si de un equipo de fútbol se tratase, se combinaban con las carreras en torno al Círculo de Bellas Artes. Allí Monedero entraba exultante. Segundos después lo hacía el líder de la izquierda francés Jean-Luc Mélinchon. Dentro ya esperaban Pablo Iglesias e Iñigo Errejon. Mientras, Carolina Bescansa atendía a los seguidores que se agolpaban en el hall. Afuera, las pancartas y los lemas desfilaban y cientos de manifestantes coreaban el “Se ve, se siente, Pablo presidente”. Pablo Iglesias se colocaba en una pancarta, a unos metros de la cabecera, junto a su equipo, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa, Iñigo Errejón, Luis Alegre, Teresa Rodríguez… Otros como Miguel Urban intentan llegar a Sol por las calles adyacentes.
En Sol les espera un escenario y miles de personas deseando escuchar la palabra de sus líderes. De las primeras en hablar, Esperanza Jubero, una investigadora del círculo de Berlín que se lamenta de que “otros se aprovechen de nuestra formación y nuestro potencial”. Mientras habla, la plaza se va llenando, los comerciantes improvisados hacen negocio y la euforia se destapa.
A pocos minutos de las 14.00 Monedero toma el micro y da los “buenos días” en catalán, euskera y galego, cita a Lorca o a León Felipe y eleva la temperatura de Sol. “Bienvenidos a la sonrisa, bienvenidos al cambio, bienvenidos a la esperanza”, grita Monedero tras lanzar dos proclamas: “Arriba Grecia” y “la democracia no la trajo el rey, ni Suarez, la trajisteis vosotros que tenéis el pelo gris”.
Carolina Bescansa empieza hablando en gallego para vincular Podemos con el 15M, “hace tres años les dijimos a los señores de las tarjetas black que no nos representan”. “Viva la gente decente de este país, viva el pueblo”, ha apuntado.
Y es que desde primera hora ya se notaba que algo estaba pasando. Los cánticos en la calle del tradicional “Sí se puede” o “Podemos”, como si de un equipo de fútbol se tratase, se combinaban con las carreras en torno al Círculo de Bellas Artes. Allí Monedero entraba exultante. Segundos después lo hacía el líder de la izquierda francés Jean-Luc Mélinchon. Dentro ya esperaban Pablo Iglesias e Iñigo Errejon. Mientras, Carolina Bescansa atendía a los seguidores que se agolpaban en el hall. Afuera, las pancartas y los lemas desfilaban y cientos de manifestantes coreaban el “Se ve, se siente, Pablo presidente”. Pablo Iglesias se colocaba en una pancarta, a unos metros de la cabecera, junto a su equipo, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa, Iñigo Errejón, Luis Alegre, Teresa Rodríguez… Otros como Miguel Urban intentan llegar a Sol por las calles adyacentes.
En Sol les espera un escenario y miles de personas deseando escuchar la palabra de sus líderes. De las primeras en hablar, Esperanza Jubero, una investigadora del círculo de Berlín que se lamenta de que “otros se aprovechen de nuestra formación y nuestro potencial”. Mientras habla, la plaza se va llenando, los comerciantes improvisados hacen negocio y la euforia se destapa.
A pocos minutos de las 14.00 Monedero toma el micro y da los “buenos días” en catalán, euskera y galego, cita a Lorca o a León Felipe y eleva la temperatura de Sol. “Bienvenidos a la sonrisa, bienvenidos al cambio, bienvenidos a la esperanza”, grita Monedero tras lanzar dos proclamas: “Arriba Grecia” y “la democracia no la trajo el rey, ni Suarez, la trajisteis vosotros que tenéis el pelo gris”.
Carolina Bescansa empieza hablando en gallego para vincular Podemos con el 15M, “hace tres años les dijimos a los señores de las tarjetas black que no nos representan”. “Viva la gente decente de este país, viva el pueblo”, ha apuntado.
Por su parte Errejón justificó la manifestación como una “celebración de que en 2015 la gente va a recuperar la soberanía, va a recuperar el país”. A continuación ha hecho un guiño electoral a los seguidores de otros partidos a los que les ha “tendido la mano, hayáis votado lo que hayáis votado, vengáis de donde vengáis”.
El acto lo cierra Pablo Iglesias. Antes de subir al escenario los suyos lo reciben al grito de “Pablo, Pablo”. Iglesias también reivindicó el 15M y la “gente valiente” que llenó las plazas, “que está aquí ahora y que es la gente del cambio”. “Vamos a ganar las elecciones al Partido Popular”, ha espetado a los oyentes a quienes les ha recordado que tras el triunfo de Syriza en Grecia, “el viento del cambio comienza a soplar en Europa”.
El líder de Podemos ha recurrido a la metáfora de “los de arriba y los de abajo” al explicar que los recortes han dividido la sociedad en dos. “Soñamos, pero nos tomamos muy en serio nuestros sueños”, repite varias ocasiones en un discurso plagado de referencias literarias, de El Quijote de Cervantes a Juan de Mairena de Machado. “La patria no es un pin o una pulsera con bandera”. “Madrid, Europa, 31 de enero de 2015, el año del cambio. Podemos soñar, podemos vencer”, ha concluido. Tras él, los gritos más coreados durante la marcha: “Sí se puede”, “Tic, tac” y “El pueblo unido, jamás será vencido”.
Son las 14.40 y los parlamentos terminan. En el centro de Madrid sigue luciendo el sol y los manifestantes buscan su refugio en los bares y restaurantes cercanos. “Ya podemos decir que estuvimos aquí”, afirma uno de los asistentes con una sonrisa en la boca. Han venido y se han sentido parte del cambio, el “Sí se puede” resuena en la Puerta del Sol mientras los más de 260 autobuses planifican su vuelta a casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario