El crecimiento económico
de España se situó en el trimestre final de 2014 entre los más pujantes
de la zona euro, con un avance trimestral (0,7%) solo igualado por
Alemania entre las grandes economías europeas. Y la aceleración del
producto interior bruto, que ha corroborado esta mañana el Instituto
Nacional de Estadística (INE), debe casi todo al aumento del consumo de
los hogares, el componente más importante del PIB español
(equivale al 56% de la demanda nacional), según atestigua el detalle de
la contabilidad nacional del último tramo del año pasado.
Los nuevos datos del INE confirman que, en promedio, el PIB creció un
1,4% en 2014, lo que permitió a la economía española dejar atrás seis
años de recesión casi continua (con la salvedad del inapreciable
crecimiento de 2010) con una fuerza que desbordó las previsiones de los expertos.
La recuperación del crecimiento cristalizó en el cuarto trimestre con
el mayor avance de la tasa trimestral desde finales de 2007. Y lo hizo
en paralelo a la fortaleza del gasto de las familias, que aumentó un
0,9%, lo que mantiene el empuje de los meses anteriores.
Con el motor del sector exterior en revoluciones más bajas que en
años anteriores, y la inversión en construcción solo empezando a recuperar el terreno perdido,
el consumo se erige como la explicación básica del crecimiento
económico en 2014. Otros indicadores habían anticipado lo que ahora
refleja la contabilidad nacional. Las ventas del comercio volvieron el
año pasado a experimentar tasas de crecimiento positivas, por primera
vez desde el inicio de la crisis. Y la facturación se aceleró en
diciembre, con la campaña navideña, al registrar el mayor incremento (un
6,5% anual) en una década.
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