viernes, 30 de enero de 2015

Grecia rechaza cooperar con la troika y pedir una prórroga del rescate

Vía El País

Era una reunión informativa, no ejecutiva, pero se convirtió en un choque de trenes. La visita del presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, a Atenas para conocer la agenda económica del nuevo Gobierno griego —basada en dos puntos fundamentales, el abandono del rescate y la reestructuración de la deuda— concluyó en medio de una tensión eléctrica, con caras de circunstancias y un esquinado apretón de manos con su interlocutor, el ministro de Finanzas heleno, Yanis Varufakis, que quedó congelado ante las cámaras como imagen del desacuerdo. Al acabar la comparecencia, el holandés susurró algo al oído del griego, que respondió “guau”. Según los medios locales, Dijsselbloem dijo: “Acabas de matar a la troika”.

“Grecia no reconoce a la troika ni el acuerdo de rescate”, dijo Varufakis. “Los problemas de la economía griega no desaparecieron con las elecciones; Atenas debe seguir la vía de las reformas”, replicó el presidente del Eurogrupo y titular de Finanzas holandés. De no haber sido porque la comparecencia de ambos, en la sede del Ministerio de Finanzas, se produjo después del cierre de la Bolsa de Atenas, la sesión no habría terminado sólo con una leve caída del 1,59%, desde un alza inicial del 3% al inicio de la jornada, sino con un solemne batacazo.


Al rechazar el quinto y último tramo pendiente del rescate (7.000 millones de euros, antes del 28 de febrero, cuando concluye la prórroga de dos meses aprobada por el Eurogrupo en diciembre), Varufakis demostró que no va a ser un negociador fácil, tenga quien tenga delante en el futuro. “No estamos dispuestos a trabajar con una delegación tripartita antieuropea que no tiene razón de ser, incluso desde la perspectiva del Parlamento Europeo”, dijo, aunque se mostró abierto a dialogar “con las instituciones internacionales”, esto es, con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional como socios. Las tres entidades conforman la troika de prestamistas que desde 2010 supervisan la marcha de la economía griega a cambio de dos rescates de 240.000 millones de euros.

“El Gobierno griego fue elegido [el pasado domingo en las urnas] con un programa que rechaza el actual programa de rescate y el pago de la deuda actual”, que asciende al 175% del PIB; “el Estado tiene viabilidad, pero lo que no tiene viabilidad es una deuda imposible de pagar”, añadió. El titular de Finanzas, no obstante, subrayó la intención del Ejecutivo de Alexis Tsipras de cooperar plenamente con sus socios europeos. Varufakis inicia este domingo una ronda de contactos que le llevará a Londres, París y Roma. “Intentaremos convencer a todos los socios, a Alemania, a Finlandia, para hallar una solución que beneficie al interés común europeo”, anunció a mitad de comparecencia, cuando la sintonía, aun fría y protocolaria, incluso parecía posible.

“Como socios de la Unión Europea, existe el compromiso de alcanzar una posición común”, recordó Dijsselbloem, pero descartó por completo la propuesta griega de celebrar una conferencia internacional sobre la deuda, similar a la celebrada en Londres en 1953 y que perdonó a Alemania la mitad de su pasivo. “Esa conferencia ya existe, y se llama Eurogrupo”, dijo, mientras la tensión en la sala se disparaba. “El Eurogrupo está decidido a apoyar a Grecia a condición de que Grecia cumpla sus compromisos”, añadió, sin adelantar cuáles serán los próximos pasos de la troika en vista de la postura de Atenas (conocida de antemano por figurar en el programa electoral de Syriza, pero verbalizada este viernes por Varufakis). “No hay ninguna conclusión al respecto”, aseguró.

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