lunes, 12 de enero de 2015

El mejor tenis ya está aquí

 
Por Carlos Navarro

Comenzó la temporada de tenis 2015 con la disputa de los 3 primeros torneos que abren cada temporada: desde el único torneo que se disputa en uno de los países más grandes y, a la vez más desigual y pobre (Chennai, India), pasando por uno de los complejos más lujosos en la ciudad de los jeques y el dinero (Doha), hasta llegar al torneo más parecido al 1º Grand Slam del año: un evento joven, vivaz y de gran exigencia (Brisbane). Con los 3 grandes compitiendo, se alzó el telón en una semana que nos permite sacar conclusiones muy interesantes. Éstas han sido las principales narrativas tenísticas de comienzo de año…

La puesta a punto de los tres tenores: Los mejores decidieron testar su cuerpo y su tenis en la 1ª semana del año. No es novedad que Federer y Nadal lo hagan (el 1º, habitual en Doha hasta cambiar su hoja de ruta y mirar a Brisbane; el segundo, siempre fiel al torneo qatarí), pero este año se les unió un Novak Djokovic que no jugaba un torneo oficial antes de Melbourne desde 2009. La puesta a punto de los tres y las sensaciones que nos han dejado bien se podrían reflejar en una pirámide: de lo más alto a lo más bajo, pasando por un nivel medio de tramos de lucidez y otros de indefinición y dudas.
 
El estrato más bajo lo ocuparía el tenor que más pronto cayó eliminado en individuales: sí, hablo de Rafael Nadal. Tras volver en Abu Dhabi (una aplastante derrota a manos de Murray y una victoria ‘de alivio’ contra Wawrinka), era momento de probar el cuerpo en competición oficial. Y, para un jugador acostumbrado a una infernal actividad de piernas, movimientos y sufrimiento, no es fácil ‘resetear’ tu cuerpo tras jugar tan poco en el 2º tramo de año 2014. Rafa cayó derrotado en 1ª ronda ante Michael Berrer, un alemán que está más habituado a jugar Challengers que torneos ATP, especialista en torneos indoor y de tenis rudo, pero rápido y efectivo. Eso sí, no todo es malo para Nadal. Las sensaciones en el 1º set nos dieron a entender que el tenis, la materia prima, sigue estando ahí; simplemente hay que recomponer la mente y ‘hacer el cuerpo’ al ritmo de competición, de semana sí y semana también, que te da el circuito ATP. Y, con todo, a Nadal le dio para ganar el dobles junto a su gran amigo Pico Mónaco. Es decir: el rodaje está adquirido. ¿El nivel? Las sensaciones son mejorables, especialmente por el lado del revés; pero subestimar a Rafa de cara a Melbourne sería una aberración: la jerarquía, el colchón de los 5 sets… El Open de Australia decidirá.



Por otro lado, en el estrato medio tenemos al nº1 del mundo, a un Novak Djokovic que abría su año en Doha por primera vez… y que quizás se quedó a medias, con la sensación de que probar suerte en el Emirato tampoco estuvo tan mal. Nole abrió con ese aura de superioridad característico de su mejor versión la semana, pero su preparación quedó truncada cuando se vio las caras contra un gigante, un Doctor que lo anestesió a base de bombas y que heló su juego. Karlovic cortó súbitamente las aspiraciones del serbio de abrir el año con un nuevo título en su casillero; si bien el bagaje no acaba de ser preocupante del todo. En plenas Navidades ortodoxas, Novak consiguió el rodaje que quería (y a diferencia de Nadal, exhibiendo un tenis brillante en sus dos primeros envites), y se fue con la sensación de que su derrota fue más por mérito del rival que por demérito suyo. Todos le apuntan como favorito; y podemos decir que sí, Novak Djokovic sigue siendo el candidato nº1 para alzarse con el trofeo en la Rod Laver Arena.



En el estrato más alto está la leyenda, el que ha alcanzado las 1000 victorias en el circuito profesional, convirtiéndose en el 3º jugador de la Historia en hacerlo (tras Connors y Lendl), aquel que se ha impuesto en Brisbane y ha sido el único de los 3 tenores en abrir el año con título, y aquel que ha vuelto a reafirmar sus magníficas sensaciones del pasado año. Roger Federer llegó a Brisbane y volvió a escapar a la eliminación cuando un inspiradísimo John Millman empezó a sacarlo de la pista. Sin comerlo ni beberlo, set y break abajo ante un australiano que jugaba con Wildcard y que no estaba ni situado entre los 100 mejores del mundo. Pero Roger utilizó la táctica de siempre. Si el juego desde la baseline no funciona, toca quemar naves en la red. Así lo hizo, así remontó y así recuperó la confianza de cara a todo el torneo. Ni tan siquiera Milos Raonic, que a base de bombas bombardeó la coraza suiza (un tanto dañada anímicamente en las finales durante el 2014), fue capaz de desbancar a Roger de algo inevitable: el hito de las 1000 victorias, sobre el que no diré mucho ya que este mismo blog tiene pensado hacer un especial acerca de este récord. ¿Cómo llega Federer a Australia? Rebosante de confianza, ganas, y tenis. Como siempre, la leyenda continúa, y quiere escribir más capítulos de su novela en grandes escenarios, aquellos en los que falló en 2014. ¿Será capaz Roger de conquistar el #18 en Melbourne? Opciones tiene, no cabe duda.




Los outsiders llegan en forma: pero no sólo de los 3 tenores vive el circuito ATP. Ha sido interesante seguir la evolución de aquellos jugadores que se lamen los dedos viendo que hace tiempo que el circuito dejó de ser propiedad casi exclusiva del top-4. Wawrinka y Cilic abrieron el camino el año pasado, y viendo la tónica de esta 1ª semana, todo indica que los outsiders volverán a merodear y a estar arriba en 2015. Desde Chennai hasta Brisbane, cada uno de ellos ha tenido un resultado de mérito. En India, Stan Wawrinka, el que hoy es el 4º en discordia en el ránking, demostró que su nivel de juego y su cabeza han pulsado el botón que delimita el modo ‘Stanimal’ del modo ‘Stanirregular’. Una semana casi inmaculada, en la que Coric, Müller, Goffin y Bedene no han podido superar la potencia y el temple del jugador de Lausana desde el fondo de pista. Wawrinka ha reclamado su sitio en esta 1ª semana, ha lanzado un aviso de que, parece, no va a acusar la presión de defender por primera vez una corona de ‘campeón de Grand Slam’. ¿Será una etiqueta demasiado pesada o seguirá Stan mostrando sus armas?.



Y del 4 del mundo al 10 del mundo, casi todos los top-ten han dejado su sello esta semana. Tomas Berdych y David Ferrer llegaron a la final en Doha, poniendo especial énfasis en la victoria de ‘Ferru’. Tras un decepcionante 2014, parece que el de Xávea vuelve por sus fueros este año, cuando más de uno lo daba por ‘rematado’ ya; pero no, David no es de esos que abandonan a las primeras de cambio. Tras cambiar hábitos, meditar y buscar nuevas vías por las cuales hacer frente a las ‘Young Guns’, el año comienza de manera inmejorable para David, que vuelve a ser el pitbull que a buen seguro ningún coco le gustaría ver en su camino a la corona en Melbourne. Por último, en Brisbane, Raonic y Nishikori se midieron en otro duelo electrizante en semifinales, en lo que está en visos de ser la próxima rivalidad del circuito ATP. El canadiense y el japonés siempre nos dejan batallas cargadas de emoción, tensión y larga duración, y en semifinales volvimos a ver otra de éstas. Kei, a pesar de perder, dejó claro que la superficie le va de lujo y que hay que tenerle en cuenta en Melbourne Park; y Raonic demostró madurez ganando el envite y llevando al límite a Federer en la final. Milos no sólo jugó con madurez y temple: castigó a latigazos desde el fondo de la pista a Roger y Kei, además de demostrar que su maduración es casi completa: la movilidad, antaño su principal hándicap, ha vuelto a mejorar dos o tres escalones, y con ella y un mayor uso de la red (en momentos de presión), parece que el cañonero nacido en Montenegro está dispuesto a todo.

Los jóvenes progresan adecuadamente: también la primera semana nos ha servido para ver cómo se desenvuelven jugadores que aún no llegan a los 20 años pero que ilusionan a medio planeta tenístico; jóvenes sobradamente preparados que quieren compensar en cierta forma el ‘vacío’ de grandes actuaciones que dejaron en tempranas edades una generación que ahora sí deslumbra (Dimitrov, Raonic, Nishikori, Dolgopolov, Tomic, e incluso un Ryan Harrison que ha ganado un Challenger esta semana). Borna Coric, Thanasi Kokkinakis y Elias Ymer. Tres nombres propios que han sido capaces de abrir su casillero de victorias en 2015 con victorias de mérito. Especialmente meritorio el hecho de que Kokkinakis, siempre a la sombra de su ‘brother’ Kyrgios (con mayor presencia mediática debido a su enorme torneo en Wimbledon), fuera capaz de derrotar a un cabeza de serie, como el francés Benneteau. Pero también Borna Coric, en una semana en la que ha dado mucho juego tras sus ‘malinterpretadas declaraciones’ al ‘The Times’ indio, fue capaz de derrotar a Haase (6-2, 6-2) en lo que fue un partidazo del croata (luego se vería superado por un Wawrinka on-fire), que ya copa portadas y reportajes y que es, sin dudas, un proyecto de crack élite (esta semana tendremos la oportunidad de verlo también en Auckland). Por último, Elias Ymer, un jugador de menos renombre que los dos anteriores, pero que se ha caracterizado por actuar como ‘salvador’ del equipo sueco de Copa Davis en distintas eliminatorias de la zona baja europea: hermano mayor de Mikael, del cual dicen que es mucho más talentoso que Elias, este joven sueco sigue luchando por romper cualquier estereotipo lanzado desde su país, y consiguió su 3º victoria ATP tras derrotar al siempre irregular Sijsling en primera ronda de Chennai. ¿Año rompemoldes a la vista para el joven Elias?

 
Bonus track: la proeza de Ivo Karlovic: a modo de bonus, me gustaría simplemente completar las narrativas de esta semana con la proeza del gigante Ivo Karlovic. Con 35 años y tras haber superado un ictus (¡que se dice pronto!), ‘Doctor Ivo’ está jugando, probablemente, el mejor tenis de su carrera. Recuperada la ilusión, y con un 2014 ya de por sí tremendo con grandes resultados (final en Newport, semis en Basel), Doha vio como Ivo se cargaba al nº1 del mundo (y remontando una desventaja de 1 set a 0, algo que añade valor a su victoria) a base de bombas de saque, voleas de mago, e incluso aguantando el pulso desde el fondo de la pista al serbio (el único break del 3º set se produce con un gran passing de derecha). Karlovic no dejó ni un resquicio al mejor restador del mundo, e hizo de su saque su mayor fortaleza. Una fortaleza con la que ha escondido emociones: de lo mejor, a lo peor (quién sabe lo que sentiría los días después de haber superado el ictus), y todo esto aderezado con grandes momentos sobre una pista de tenis, aquella que le da la felicidad y que le aleja de todos los problemas. Desde aquí, y para terminar este artículo, sólo me queda decir una cosa: ¡no te retires nunca, Doctor Ivo!


 



No hay comentarios:

Publicar un comentario