El Fondo Monetario Internacional (FMI) nuevamente ha vuelto a rectificar las previsiones de crecimiento económigo a nivel mundial,. algo que se ha convertido en un ritual trimestral desde que comenzó la gran crisis económica.
Japón, China y la eurozona no van a tener un crecimiento signifitivo, únicamente Estados Unidos y España. La institución, que dirige Christine Lagarde, confirma que el mundo crecerá menos de lo que habían calculado en octubre. Dichas expectativas ya se habían rebajado respecto a las anteriores.
El PIB de EE UU aumentará un 3,6% este año y un 3,3% en 2016, lo que supone un incremento de medio punto y tres décimas, respectivamente, con relación a los pronósticos de hace tres meses. La otra única gran economía cuyo horizonte mejora es la española. En 2015 avanzaría un 2%, según el FMI, tres décimas más que lo calculado hasta ahora, mientras que en 2016 se mantiene la estimación del 1,8%.
Estas buenas noticias contrastan con un nuevo recorte para el conjunto de la zona euro, la economía nipona, la china, los emergentes latinoamericanos y, en definitiva, el resto del mundo. “Los nuevos factores que respaldan el crecimiento, como el bajo precio del petróleo o la depreciación del euro y el yen, están más que compensados por otras fuerzas negativas persistentes, incluyendo el prolongado legado de la crisis y un crecimiento potencial más bajo en muchos países”, según el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard.
El organismo ha presentado esta madrugada las nuevas estimaciones en Pekín. El gigante asiático también ha visto su enorme ritmo de crecimiento, el cual, años atrás, le permitía un incremento de hasta el 8% del PIB.
Dentro de esta política de control, el recorte más duro del FMI se lo lleva Rusia, muy penalizada precisamente por la caída del precio del petróleo desde hace unos meses pero, sobre todo, por los efectos del conflicto en Ucrania, las sanciones económicas y la pérdida de confianza. Las previsiones para este año han caído en 3,5 puntos porcentuales, hasta calcular una recesión del 3%, y en 2,5 puntos porcentuales en 2016, hasta el -1%. También lo sufren los exportadores de América Latina.
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