Vía EL Mundo
Hasta que Stanislas Wawrinka aprovechó su sexta pelota de 'break', igualando con ella a un set, Novak Djokovic tenía la final de Roland Garros bajo control. Seguía siendo el tenista llamado a subirse al vagón de Perry, Budge, Emerson, Laver, Agassi, Federer y Nadal, el octavo jugador en conquistar los cuatro títulos del Grand Slam. El número uno del mundo, que llegaba al partido tras desembarazarse en cuartos de Rafael Nadal, nueve veces campeón, y con una racha de 28 triunfos consecutivos, invicto este año en arcilla (16-0), sucumbió frente al jugador suizo, que se convierte, con 30 años y 71 días, en el tercer tenista más veterano en levantar el torneo, y ascenderá el lunes del octavo al cuarto puesto del 'ranking'. Es su segundo título del Grand Slam, tras ganar el Abierto de Australia en 2014. Un revés paralelo marca de la casa fue el golpe definitivo para su extraordinaria victoria en tres horas y 12 minutos.