martes, 24 de marzo de 2015

Sarkozy resurge, Le Pen frena su ascenso y la izquierda sigue a la deriva en Francia

Vía RTVE.es

Las elecciones departamentales en Francia han confirmado que la izquierda francesa no encuentra su rumbo y que navega lejos del Frente Nacional. En estas aguas revueltas, el expresidente Nicolas Sarkozy resurge y es el ganador de la primera vuelta.

Con todo, el Partido Socialista se contenta con haber resistido el golpe mejor de lo esperado mientras que la ultraderecha se ha quedado lejos de lo que pronosticaban los sondeos, y muchos observadores se preguntan si, a pesar de haber registrado su mejor resultado en unas elecciones regionales, puede que haya tocado techo.

Así, mientras se colocaba el foco en la posible victoria del partido de Marine Le Pen y en la presumible debacle de la formación de François Hollande y Manuel Valls, nadie pareció reparar en la Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Sarkozy.

El exmandatario (2007-2012) ha conseguido amainar las aguas del centroderecha, que bajaban agitadas entre escándalos de corrupción y luchas intestinas, y “tras oler sangre en la ribera de enfrente ha impuesto el prietas las filas”, explica Enrique Rubio, de la agencia Efe. Junto a sus aliados, incluido la Unión de Demócratas Independientes, ha obtenido aproximadamente el 30% de los votos.

"La alternancia ha comenzado", dijo Sarkozy nada más conocer los resultados, con clara voluntad de presentar este triunfo parcial en unas locales como trampolín hacia las presidenciales de 2017 y volver al Elíseo, donde socialdemócratas y conservadores se han turnado durante toda la V República.
Fragmentación de la izquierda

En términos históricos también hay que empezar a analizar los resultados del PS. Por ejemplo, por primera desde la recomposición del régimen tras la Segunda Guerra Mundial, los socialistas no gobernarán en el departamento de las Bócas del Ródano (que incluye Aix en Provence y Marsella, en el sureste), donde han sufrido una escisión.

Desde que Hollande llegó a la presidencia en 2012, los socialistas encadenan derrota tras derrota y van cuatro. En esta ocasión se han quedado por debajo del 22% de los votos. En el análisis del primer ministro, la causa de la derrota no está en la política de su Gobierno sino en que la izquierda se presentó a las elecciones "desunida".

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