miércoles, 25 de marzo de 2015

Francia afirma que la caja negra está dañada pero puede ser analizada

Vía El País

El ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, ha admitido que la caja negra del avión de la aerolínea Germanwings que se estrelló ayer martes en los Alpes franceses está dañada pero ha subrayado que será posible analizarla, informa Carlos Yárnoz. En unaentrevista concedida a la emisora RTL, el ministro ha indicado que va a ser posible reconstituir los datos de esa caja, la que graba las conversaciones de los pilotos en cabina para tratar de esclarecer lo sucedido. El avión, con destino a Düsseldorf (Alemania), se estrelló poco antes de las 11.00 por motivos que se desconocen en una zona escarpada casi una hora después del despegue de Barcelona.


La caja negra deteriorada ya ha sido trasladada a París y será analizada en la localidad de Le Bourget por cinco técnicos del BEA (Bureau d'Enquêtes et d'Analyses) de Aviación Civil. También se busca la segunda caja, que contiene los datos de vuelo. Mientras tanto, la fiscalía de Marsella ha iniciado la investigación judicial del accidente con el interrogatorio de ocho testigos. En declaraciones a la televisión francesa BFM TV, el fiscal Brice Robin ha afirmado que aún es pronto para determinar las causas del siniestro.

Con las primeras luces del día, los equipos de rescate han reanudado las tareas de búsqueda por tierra de las víctimas, suspendidas al caer la noche. Unas 600 personas, entre gendarmes, bomberos, miembros del Ejército y personal técnico, se encuentran en la remota y abrupta zona de los Alpes donde se estrelló el vuelo GWI9525 de Germanwings, filial de bajo coste de la alemana Lufthansa, de Barcelona a Düsseldorf, con 144 pasajeros a bordo (67 de alemanes,incluido un grupo de estudiantes de intercambio, y 45 con apellidos españoles) y seis tripulantes (dos pilotos y cuatro ayudantes de cabina). Dos de los fallecidos son bebés. También hay un ciudadano belga y un buen número de turcos, además de otras nacionalidades: dos japoneses, dos australianos, dos argentinos, dos colombianos y tres mexicanos.

El movimiento de vehículos se ha intensificado a partir de las siete de la mañana, nada más salir el sol en la localidad de Seyne-les-Alpes, a pocos kilómetros del lugar del accidente y donde se concentran los servicios de rescate. A las 15.30 está previsto que el presidente francés, François Hollande, el español, Mariano Rajoy, y la canciller Angela Merkel lleguen a esta localidad. La policía ha balizado todo el recorrido para facilitar la llegada de las familias de las víctimas. Rajoy ha recogido al presidente de la Generalitat, Artur Mas para viajar juntos a la zona.

Cinco helicópteros han reanudado los sobrevuelos en la zona mientras una columna de gendarmes ha retomado la ruta a pie hacia el lugar, a casi 3.000 metros. Las autoridades tratan de crear un camino a pie hacia el lugar donde se encuentran los restos del Airbus A320. En las últimas horas ha nevado en la zona del accidente y se teme que las condiciones meteorológicas compliquen las labores de rescate. Aunque las nubes están altas, lo que facilita el vuelo de los helicópteros, es posible que llueva y que haya viento a lo largo del día, según los servicios meteorológicos.

El avión está “completamente destrozado” y el resto más grande del aparato tiene el tamaño de “un coche”, según ha declarado el presidente del Consejo General de la región de los Alpes-Haute Provence, Gilbert Sauvan, al diario francés Les Échos. “La zona del accidente es inaccesible, salvo por helicóptero. Ocho aparatos van a sumarse a la operación de rescate desde la localidad de Seyne-les-Alpes con el fin de llevar a los investigadores al lugar del siniestro", ha añadido. “Va a llevar días recuperar a las víctimas, luego los restos”, ha explicado por su parte el alto oficial de policía Jean-Paul Bloy. España tiene previsto enviar a seis policías y guardias civiles para colaborar en la identificación de las víctimas.

Se trata del siniestro más grave de una aerolínea regular europea desde que el vuelo 447 de Air France se precipitó al Atlántico cuando volaba de Río de Janeiro a París el 1 de junio de 2009. El Airbus 320 siniestrado, que había entrado en servicio en 1991 y fue operado por Lufthansa antes de pasar a su filial el pasado año, había volado por la mañana de este martes de Düsseldorf a Barcelona, donde llegó poco antes de las nueve de la mañana. Despegó de nuevo de El Prat a las 10.01, de regreso a la ciudad alemana, con media hora de retraso respecto al horario previsto, una circunstancia que los responsables de la compañía no han precisado aún a qué fue debida.

Según el portavoz de Germanwings, Thomas Winkelmann, a las 10.47 el avión —cuyo comandante era un profesional con 10 años de experiencia y 6.000 horas de vuelo— comenzó a perder altura. El avión pasó de unos 35.000 pies (equivalente a unos 10.700 metros de altitud) a 6.900 pies (1.800 metros) en unos ocho minutos. A las 10.53 se tuvo el último contacto con los controladores. En la zona, los picos más altos alcanzan los 3.000 metros. La autoridad francesa de aviación civil asegura que no hubo llamada de emergencia de los pilotos y que fue el controlador aéreo el que activó el protocolo de emergencia al notar el descenso brusco del avión y perder el contacto por radio. El avión siniestrado volaba en un día claro en la zona, sin nubes. “No hubo ningún contacto ni alerta durante esos minutos”, señalaron fuentes oficiales.

Como cada vez que se produce un siniestro aéreo, proliferan las conjeturas. Aunque en un principio el primer ministro Manuel Vallsno descartó “ninguna hipótesis”, el Gobierno de EE UU no ve “ningún indicio de vinculación con el terrorismo en este momento”, dijo la portavoz del Consejo Nacional de Seguridad, Bernadette Meehan. Por su parte la vicepresidenta de Lufthansa, Heike Birlenbach, se limitó a declarar en rueda de prensa en Barcelona que se trata de “un accidente”. “No podemos decir nada más ahora mismo. Cualquier otra cosa sería una especulación”, dijo.

Los pilotos e ingenieros consultados coinciden en lo extraordinario del suceso, ya que la mayoría de los accidentes aéreos se producen en las fases de despegue y aterrizaje, las más críticas. Es más inhabitual que un avión sufra un siniestro cuando está en la fase de ruta. El presidente del Sindicato de Pilotos de Línea, Eric de Rivey, manejaba algunas hipótesis: pérdida de consciencia del piloto y copiloto, fallo técnico electrónico o de motor, despresurización del avión o acto terrorista. La dirección de Aviación Civil francesa y los diferentes expertos consultados coinciden en señalar que el accidente es “extraño”, incluso “inquietante”, según algunos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario