Por Sergio Ruiz
El conocimiento generado por la investigación debe servir para informar a
las mujeres afectadas para que puedan decidir sobre el retraso del embarazo y
la posibilidad de interrupción del mismo
Ante el primer caso de microcefalia en España, en el feto de una embarazada,
infectada por el virus del Zika, el conocimiento que se va a generar, a raíz de
las posibilidades de investigación y profundización en la enfermedad, debe ser
herramienta indispensable para informar, de una manera más precisa, acerca de
las posibilidades de retrasar el embarazo, o de proceder a la interrupción del
mismo.
Hasta la fecha, no está demostrado que las mujeres embarazadas sean más
susceptibles a la infección que cualquiera de nosotros. Asimismo, tampoco hay
ninguna evidencia de que el virus se transmita a través de la leche materna al
lactante.
Lo que sí parece bastante cerca de ser un hecho, es que la transmisión sea
vertical (madre-hijo), y que conlleve malformaciones (microcefalia hasta
alternaciones visuales, que ha calificado, por la OMS, como “síndrome congénito
del virus zika”). Ni siquiera existe un consenso acerca del riesgo de contraer
microcefalia, por parte de los fetos. En la Polinesia Francesa (2013) se
realizó un estudio que dictaminaba que se limitaba al 1% de los casos, mientras
que en Brasil se llegaba al 29% (2015).
Pues que, por tanto, no existe tratamiento ni vacuna específicos para el
zika, lo único que les queda a los médicos es combatir los síntomas. En los
casos de mujeres embarazadas, los servicios de atención médica deben hacer un
seguimiento a toda mujer expuesta, en particular a aquellas que presentan
síntomas de infección por el virus.
Además, no sólo se limita a las embarazadas y sus bebes, sino que, también,
se han observado casos de transmisión sexual, por lo que las parejas sexuales,
de embarazadas residentes en zonas con transmisión local del virus, o que hayan
viajado a ellas, deben adoptar prácticas sexuales seguras para prevenir la
transmisión o suspender las relaciones sexuales durante el embarazo.
¿Cómo podemos saber más acerca del
zika?
Desde el ámbito de la investigación, hay que actuar ya, para dar respuestas
a la crisis actual. Existe una necesidad urgente de movilizar recursos para
poder prevenir y tratar la infección por el virus del Zika en las mujeres
afectadas y sus hijos. Es prioritario conocer los distintos tipos de defectos
congénitos asociados a la infección durante el embarazo, así como el riesgo de
malformaciones, la importancia de la edad gestacional de la madre, en el
momento de la infección para desarrollar complicaciones fetales, olos factores
de riesgo asociados. Por último, se precisan tests diagnósticos fiables para
garantizar una correcta identificación de las mujeres infectadas.
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