Un
tatuaje que Fernando se grabó con su nombre en el dorso de la mano
permitió que su hermana lo identificara. Este joven fue uno de los 28
trabajadores fallecidos en una explosión en una planta de Petróleos
Mexicanos donde, según sobrevivientes, faltaban protocolos de seguridad.
Luis
Fernando Hernández Vázquez, un obrero de 21 años, se encontraba colgado
con un arnés de una torre de unos 60 metros cuando la tarde del
miércoles sobrevinieron tres explosiones en la planta petroquímica de
Pajaritos, ubicada en Coatzacoalcos, Veracruz (este).
Su
cuerpo quedó quemado y mutilado. "En una computadora me enseñaron un
tatuaje que tenía en la mano que decía Fernando. Y lo supe 'ese es mi
hermano'", narró este viernes Alexa Hernández sentada frente a su
féretro en la sala de su casa, cercana al complejo.
La
planta petroquímica, que produce diariamente 900 toneladas de
policloruro de vinilo, fue creada en la década de 1970 por la estatal
Pemex, que hace unos tres años se alió ahí con la empresa privada
Mexichem.
Dado
que es una planta vieja, Mexichem subcontrató recientemente a otras
empresas para que rehabilitaran un área del complejo, donde se desató el
fatal accidente y donde se han encontrado hasta el viernes los
cadáveres de 28 trabajadores, obreros subcontratados y, la mayoría,
jóvenes con contratos temporales.
Hasta
el jueves 24 cuerpos habían sido rescatados entre escombros y fierros
retorcidos, pero este viernes Pemex informó que la cifra subió a 28
muertos.
"Sabemos
que fue una fuga (de gases), no sabemos exactamente por qué", explicó
el jueves el director de Mexichem, Antonio Carrillo, a Radio Fórmula.
El
director de Pemex, José Antonio González Anaya, confirmó la noche del
jueves que ninguno de los trabajadores fallecidos eran de la nómina de
la petrolera, conocida por tener las mejores prestaciones sociales de
México.
"Nadie estaba preparado"
Varios
de los obreros que sobrevivieron a la explosión coinciden en que,
durante la mañana del miércoles, fueron evacuados en dos ocasiones por
fugas, antes de la catástrofe y luego devueltos a sus labores.
Cuando
se registro la explosión, los más de 200 obreros que estaban en la zona
corrieron despavoridos entre una nube de cloro gasificado que les
impedía ver y cuya onda expansiva les arrojó por los aires, explica Luis
Felipe Barrera, ayudante de obra.
"Creo que se pudo evitar" la tragedia, "en toda la semana hubieron fugas", asegura este joven de 21 años.
"Nadie
estaba preparado", manifestó por su parte el hermano de Jonathan Suárez
Sánchez, de 28 años, que falleció cuando se encontraba en lo alto de la
torre y el fuego lo abrasó junto con otros compañeros.
Algo
parecido le pasó a Sylvestre Morales, un soldador de 23 años, que cayó a
unos 80 metros de la estructura de metal que estaba arreglando y su
cuerpo estuvo incinerándose toda la noche, cuenta su hermano César en la
funeraria.
Sylvestre,
como la mayoría de sus compañeros, carecía de capacitación y de seguro
médico. Acababa de ser padre de una niña, para quien César pide ahora
una indemnización.
Familiares en el velatorio de Luis Fernando Herández |
La
empresa Ica Fluor, subcontratada por Mexichem para los trabajos de
rehabilitación, "hasta ahora se ha hecho cargo de Welding Especial, que a
su vez daba servicios a Ica y para la que Sylvestre trabajaba, "ni
siquiera se ha comunicado", dice César.
En
casa de Fernando Hernández, el chico del tatuaje, iban llegando este
viernes varios obreros con botas industriales y overoles anaranjados
para dar el pésame a la familia, que vivía principalmente del salario
del joven.
"¿Por
qué Pemex permitió que mi hijo muriera, si lo pudieron evitar?, si
sabían de las fugas "¿por qué no los retiraron a sus casas?", se
preguntaba la madre de Fernando, Elide Vázquez.
"Indemnizaciones cabales"
El
director de Pemex remarcó el jueves que la petrolera ha apoyado a las
víctimas y a sus familiares "más allá de lo que estrictamente" estaba
obligada y prometió el jueves que las "indemnizaciones van a ser
cabales".González Anaya también descartó que los problemas financieros
que atraviesa la petrolera estén relacionados con el accidente."No tiene
que ver una cosa con otra", la asociación con Mexichem "no está sujeta a
los vaivenes presupuestales de Pemex", zanjó.El director de Pemex
atribuye el accidente a "una fuga que encontró un punto de inflamación e
ignición" y asegura que los protocolos de seguridad de la empresa son
"completos" y "complejos".Mientras, varias familias seguían esperando
este viernes noticias de sus seres queridos a las afueras de la planta.
Oficialmente, hay todavía ocho desaparecidos.
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