El camino hacia el éxito de 'Mad Max: Furia en la carretera'

Tras el anuncio que confirmaba que Warner Brothers iba a financiar y distribuir la tercera entrega de la saga las dudas crecieron entre los seguidores de la franquicia. Se ignoraba si se mantendría la esencia original de la saga tras ser financiada por un estudio tan famoso, cuyo mayor interés es el beneficio económico.

De esto modo, a diferencia de las dos primeras cintas, hijas del cine independiente australiano, Mad Max 3: Más allá de la Cúpula del Trueno contó con el respaldo de un gran estudio de Hollywood. Se triplicó el presupuesto de la anterior y se lanzó como una superproducción con famosos actores americanos. Se incrementó el potencial comercial de esta película, pero se suavizaron los contenidos y se acomodaron a las rutinas asimilables para el público convencional, perdiendo así la frescura y el espíritu macarra característico de la saga. 

Fue estrenada en 1985 bajo una gran expectativa por parte del público, que se dividió entre los fanáticos de las dos primeros filmes y los que aceptaron esta película como algo comercial pero disfrutable. Así se formó una amplia brecha en la franquicia entre lo que había sido originalmente Mad Max y en lo que se convirtió con la tercera entrega.  

El grado de violencia se fue rebajando desde el agresivo y deprimente drama de la cinta original, pasando por el western post-apocalíptico de la segunda, hasta acabar en una aventura convencional. De este modo Max pasó de ser un vengador implacable a un héroe solitario para acabar como el mesías de unos niños perdidos.. No recupera a su familia, pero sí su alma.

Así, fueron pasando los años y nada se supo de Max Rockatansky y del desértico yermo en el que se acontecían sus pasadas aventuras. Surgieron rumores acerca de un reboot, alimentados por el propio George Miller y su deseo de retomar la historia de su hijo pródigo. La espera se demora tres décadas hasta que Mad Max, una de las franquicias más populares del cine, vuelve rejuvenecida y más colorida que nunca a los cines.

EL COLOFÓN FINAL

De este modo se estrena en 2015 Mad Max: Furia en la carretera, una cinta aclamada tanto por el público como por la crítica. Miller vuelve con más fuerza que nunca a pesar de sus 70 años y varias cinta comerciales a sus espaldas. Pocas veces el reboot de una franquicia ha mantenido tanto la esencia de las originales como en esta película. La escenografía es impecable, nunca el yermo había lucido tan bien. Este mundo es fuego y sangre.

En el reparto aparecen la brillante Charlize Theron en el papel de Imperator Furiosa, el soberbio y rudo Tom Hardy tomando las riendas que colgó Mel Gibson por su avanzada edad y Hugh Keays-Byrne, que interpretó al villano Toecutter de la primera entrega, como Immortan Joe. Max Rockatansky vuelve a ser el héroe solitario que fue en Mad Max 2, interpretado por un Tom Hardy gruñón y silencioso que encaja perfectamente en un papel tan complicado.

Con un presupuesto de 150 millones de dólares, Miller ha sabido condensar en dos horas toda la locura y acción del yermo. En esta película se dan cita los clásicos de Mad Max: los coches alimentados por motores V8 chorreando gasolina, el vestuario grotesco y unos personajes totalmente chiflados. Todo esto aderezado con una banda sonora trepidante compuesta por Tom Holkenborg, más conocido por su alias Junkie XL. La suma de todos estos factores hacen de Mad Max: Furia en la carretera una de las películas más divertidas y alucinantes de 2015.

Pero esto no acaba aquí, y es que Miller ha asegurado que tiene en mente otras dos entregas más que continuarían la franquicia, una de ellas centrándose en el personaje de Imperator Furiosa. Se desconoce cuándo pretende comenzar la producción de la siguiente, pero sin duda la espera merecerá la pena, ya que George Miller ha demostrado a todo el mundo que pese a su edad aún hay gasolina corriendo por sus venas. Solo queda sentarse y ser testigos del resurgimiento de una legendaria saga que parece no tener fin. Y que así sea.