Como si descontara ya su presencia en la oposición o incluso su retirada al frente del PP, Pedro Sánchez dio a Rajoy por amortizado e incluso restó importancia a que no le estrechara siquiera la mano en el posado previo al inicio del encuentro. "No le den más importancia porque creo que no la tiene. Nos hemos dado un apretón de manos en privado", dijo en la rueda de prensa posterior a la reunión en el Congreso.
Su intento por no enfangarse en los asuntos de corrupción que afectan al PP se complementó con la confianza de que sucederá a Rajoy en la presidencia del Gobierno. "Tendremos un acuerdo de investidura a principios de marzo", verbalizó por vez primera el candidato que pretende obtener su luz verde los días 7 u 8 del próximo mes.
Pero la fórmula ha cambiado. Del Gobierno monocolor del que hablaba hasta hace pocos días, Sánchez ofrece ahora un Gobierno trasversal con perfiles independientes y de prestigio: "Mi voluntad será incorporar perfiles independientes y de prestigio a ese Gobierno progresista y reformista, con esa naturaleza trasversal que le quiero dar".
El giro del candidato socialista se constató al ser preguntado por el ex presidente del Gobierno, Felipe González, y su análisis de no hay una mayoría de izquierdas para formar gobierno. El líder del PSOE que hace meses alentó la idea de un Gobierno "a la portuguesa", parafraseó a González al decir que "con las izquierdas no suma más que las de centro derecha" y añadió, a diferencia de en Portugal, "con las fuerzas del cambio en España tienen distintos colores" y que "el monopolio del cambio no lo tiene una sola fuerza política; lo tienen distintas formaciones políticas".
Por eso, explicó Sánchez, "siempre he hablado de tender la mano a izquierda y derecha para un Gobierno progresista y reformista". Y la pregunta "no debería ser si veto a éste o aquel sino si se puede o no hablar de un cambio político en España. E insisto, creo que hay mimbres para que se pueda producir ese Gobierno progresista".
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, consideró que la regeneración democrática del país "también pasa por la renovación del PP y su liderazgo" y para que eso sea posible "no hay mejor manera" que con el Partido Popular en la oposición.
Sánchez ha admitido que no ha hablado de la corrupción con Rajoy porque no ha querido "ahondar" sobre la situación que atraviesa el PP, y que es una cuestión que ese partido tiene que resolver, y ha insistido en que para el PSOE es muy importante que haya un PP "fuerte y renovado". Pero dicha renovación, del partido y del liderazgo, debe hacerse desde la oposición, advirtió.
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